CORDOBA,
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, dedicó su carta pastoral a la Jornada Mundial de la Vida Consagrada que la Iglesia celebra el próximo domingo 2 de febrero y explicó que esta constituye una prolongación de la luz de Cristo en el mundo.
El Obispo recuerda además que ese día también se celebra a la Virgen de la Candelaria, "la que lleva en su mano una candela, que es la luz del mundo: Jesucristo, nuestro Señor. También nosotros portamos este día una candela como signo de la luz de Cristo que ha sido alumbrada en nuestros corazones, la luz de la fe, con la que salimos al encuentro del Señor".
"Sin Jesucristo, andamos a oscuras. Con Jesucristo todo es visto en su realidad más profunda. Con Jesucristo llega la alegría de la luz a tantas zonas de nuestra vida que adquieren sentido alumbradas por él", explica el Prelado en su carta.
"La vida consagrada es una prolongación de la luz de Cristo en nuestro mundo, en nuestra época. La vida consagrada es luz, porque es testimonio de Cristo, imitando a María su bendita madre", asegura el Obispo.
"La vida consagrada no se entiende si no se acoge la luz de Cristo, y al mismo tiempo esa vida consagrada ilumina y da sentido a tantos interrogantes que se plantean nuestros contemporáneos. La vida consagrada es una luz profética para nuestro tiempo".
Mons. Demetrio Fernández explica en su carta que "una vida entregada plenamente a Dios para el servicio de los hermanos, especialmente de los pobres en sus múltiples carencias, sólo se entiende si la luz de Cristo ha entrado en el corazón de esa persona y ha tirado de ella para hacer de su vida una ofrenda de amor".