ROMA,
El Papa Francisco llamó por teléfono a un sacerdote que estudia en Roma y lo invitó a la Casa Santa Marta, después de que éste le abriera su corazón en una carta exponiéndole su situación espiritual.
"Ahora me emociona el hecho de que el Papa Francisco se haya preocupado por saber lo que siento, lo que pienso y qué es lo que espero. He sentido a Dios que me hablaba a través de sus palabras", relata el P. Gleison de Paula Souza, al describir su encuentro con el Santo Padre en un artículo publicado en el sitio web de su congregación.
"Su palabra era una continua invitación a la misericordia del Señor. Le pregunté si podía confesarme. Aceptó y le abrí mi corazón. Se quedó en silencio, me dio la libertad de reflexionar y me dijo que estaba conmigo".
El P. Gleison, estudiante de teología en Roma de la Congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia –fundada por Don Orione–, señala que al escuchar la voz del Santo Padre al otro lado del teléfono "casi me desmayo de la alegría y la emoción".
El lunes 20 de enero por la tarde "estaba estudiando y a las 04.56 p.m. suena mi teléfono móvil. Era un número privado. Respondo. Una voz repite varias veces: '¿Es Gleison? ¿Hablo con Gleison?', y digo 'Sí, Santo Padre, soy Gleison'". Él continúa 'Veo que reconoce mi voz. Mi voz ya es demasiado conocida'".
Durante la conversación el Papa le habló de su carta, y comentó algunos puntos donde el sacerdote le contaba acerca de sus sentimientos y situaciones personales en referencia a su camino vocacional.