LIMA,
Hoy, 28 de enero, la Iglesia Católica recuerda a Santo Tomás de Aquino, filósofo, teólogo y Doctor de la Iglesia, dotado de gran humildad y autor de la famosa Summa Teológica. Es el santo es patrono de las universidades y escuelas católicas.
Santo Tomás nació en Rocca Secca, en el Reino de Nápoles en medio de una aristocrática familia, entre 1225 o 1227 y falleció la madrugada del 7 de marzo de 1274 en la abadía cisterciense de Fossa Nuova, donde llegó a descansar luego que se pusiera mal en el viaje cuando aceptó a pesar de estar muy enfermo al invitación del Papa Gregorio X para participar del Concilio de Lyon.
Cuando tenía cinco años recibió su primera formación con los monjes benedictinos de Monte Casino. Era muy estudioso y tenía buena disposición para la oración y la meditación.
En 1236 ingresa a la Universidad de Nápoles. Captaba los estudios con mayor profundidad y lucidez que sus maestros. Posteriormente decide ser religioso y entre 1240 y 1243 recibió el hábito de la Orden de Santo Domingo, atraído y dirigido por Juan de San Julián, un conocido predicador del convento de Nápoles.
Los libros que más le influyeron fueron la Biblia, los Decretos de los concilios y los Papas, las obras de los Padres, griegos y latinos, especialmente San Agustín, las "Sentencias" de Pedro Lombardo, los escritos de los filósofos, especialmente de Platón, Aristóteles y Boecio.
Aunque Santo Tomás vivió menos de cincuenta años, escribió más de sesenta obras, algunas cortas, otras muy largas. Esto no significa que toda la producción auténtica haya sido escrita directamente a mano; le ayudaron secretarios, y sus biógrafos aseguran que podía dictar a varios escribanos a la vez.