MADRID,
El Obispo Eparca de la Eparquía greco-católica ucraniana de París, Mons. Borys Gudziak, ha denunciado la "brutalidad" de la violencia ejercida por las fuerzas gubernamentales de Ucrania contra los manifestantes y ha defendido la actitud pacífica y "devota" de estos que "comienzan cada día con una oración" y se confiesan con los sacerdotes.
Mons. Gudziak ha explicado a la organización internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) que se trata de "una batalla por la dignidad" y que, lejos de haber salido a la calle para apoyar a un partido o un candidato, lo hacen para "defender unos principios".
"El país está intentando, de forma traumática, romper los lazos con el pasado, el miedo y la subyugación declarando la dignidad donada por Dios de cada ser humano. Los acontecimientos de los últimos meses y días suponen una peregrinación en nuestra batalla por la dignidad", ha apuntado, al tiempo que ha destacado que "resulta difícil imaginarse una manifestación más devota en la Europa del siglo XXI".
A su juicio, "la brutalidad de las fuerzas gubernamentales está impulsando a cada vez más habitantes" a manifestarse y, a su vez, está minando "la legitimidad" del Gobierno que, según ha puntualizado, está determinada por el respeto que muestra hacia los derechos humanos, el cual "se ha descuidado y, en ocasiones, ha estado ausente" cuando se ha disparado y golpeado a los manifestantes.
En este sentido, el Obispo apoya expresamente los llamamientos lanzados por líderes religiosos el pasado 10 de diciembre en los que pedían al gobierno ucraniano que escuche las reivindicaciones de los manifestantes, denunciaban la violencia e instaban al diálogo entre el régimen y los diferentes grupos involucrados en las manifestaciones.
Así, Mons. Gudziak considera que "no hay alternativa mejor" al diálogo aunque cree que este no será eficaz sin la mediación de la comunidad internacional.