Las bajas temperaturas registradas en los Estados Unidos no fueron impedimento para que miles de personas participaran ayer de la Marcha Nacional por la Vida en Washington D.C. en protesta de la ley que hace 41 años aprobó el aborto en todo el país con el fallo de Roe vs. Wade, y que permitido el exterminio de más de 57 millones de bebés en el vientre materno.
Si bien es cierto aún no hay cifras oficiales del número de asistentes, en los últimos años se registró una asistencia de entre 350 mil a 650 mil personas.
El día anterior a la Marcha se realizó en la misma ciudad de Washington D.C. una vigilia de oración y una Misa en la Basílica de la Inmaculada Concepción, como parte de las actividades previas al evento donde participaron cientos de jóvenes.
Cada año se incrementa la presencia de jóvenes en la Marcha por la Vida, ellos viajan desde diferentes partes del país para alzar su voz por los que no tienen voz. En su mayoría son grupos de universitarios que viajan miles de kilómetros en buses a pesar del frío, y que cuentan con las facilidades de sus centros de estudio para poder faltar a clase por la buena causa.
Otros llegan en avión como el caso de Timothy Olive (21) que viajó junto a otros 70 jóvenes de su Diócesis, 1.500 millas desde St. Thomas, Islas Vírgenes Estadounidenses. Olive expresó a ACI Prensa que "este es un evento especial para nosotros, porque somos territorio estadounidense y las leyes de aborto también se aplican allá, por eso debemos dar un paso afuera y hacer lo que debemos hacer" y agregó que esto es "un despertar espiritual para nuestra juventud".
El joven reflexionó además que "un tercio de nuestra generación se ha perdido desde 1973, es muy triste para todos nosotros saber que se han perdido 56 millones de ciudadanos". Olive dijo que el ora mucho por los que apoyan el aborto "para que se den cuenta de lo que sucede" y sepan que "eso no está bien".