VATICANO,
Al recibir esta mañana a los Genltilhombres de su Santidad, el Papa Francisco dirigió un breve discurso en el que alentó a vivir la coherencia evangélica sin mancharla con actitudes de mundanidad.
"A través de vosotros, queridos gentilhombres - ha señalado el Papa- las diversas autoridades y las otras personalidades que vienen a visitar la Sede de Pedro tienen sus primeros contactos con esta Casa y reciben las primeras impresiones".
Francisco resaltó luego que, "como dice vuestro nombre, para ese propósito sirven dotes de gentileza y cordialidad que son útiles para que las personas se sientan a gusto. Estas cualidades humanas encuentran su raíz más auténtica en una vida animada por la fe, que da testimonio de coherencia evangélica sin mancharla con ninguna actitud de mundanidad".
El tiempo de Navidad está a punto de concluir -con la celebración del Bautismo del Señor- y el Santo Padre Francisco ha invitado a los gentilhombres y sus familiares a prestar atención para que "esa luz interior no se disuelva y podamos llevar en nuestra vida cotidiana, familiar y profesional, la alegría de la fe que se expresa en la caridad, en la benevolencia y en la ternura"
"Os bendigo y os deseo un año sereno y provechoso. Y recemos unos por otros", concluyó.
Los Gentilhombres de su Santidad, el Cuerpo creado por Pablo VI en 1968, son laicos que son recompensados por su labor en favor de la Iglesia y reciben este cargo honorífico en modo discrecional. Son parte de la familia pontificia laica como el comandante de la Guardia Suiza. Antes se llamaban Camareros de Capa y Espada, y los había secretos o de honor. Actualmente su principal tarea es recibir a los presidentes a su llegada al Vaticano y acompañarlos hasta el Pontífice.