ROMA,
Al presidir la Misa con la que se inició hoy el Capítulo Extraordinario de la Legión de Cristo, el Delegado Pontificio de la Congregación, Cardenal Velasio de Paolis, dijo que las Constituciones que se aprueben en este importante evento, deben constituir "un camino de sanación" para sus miembros y alentó a recordar que el dolor y el sufrimiento constituye un camino de purificación que pueden ofrecer por amor a la Iglesia.
En la Eucaristía que presidió en la capilla del Centro de Altos Estudios de la Legión en Roma, el Cardenal de Paolis se refirió a dos grandes tareas que los 61 sacerdotes reunidos en este evento deben afrontar: la aprobación de las Constituciones y la elección de las nuevas autoridades.
Sobre el primero de los temas, señala la nota de los Legionarios, el Cardenal dijo que "las Constituciones que se den a ustedes mismos no serán simplemente un código de leyes que los unan externamente en disciplina, sino que el texto será una expresión de una vocación común, un ideal común, una misión común, un camino común de sanación, un impulso para el esfuerzo común en el cumplimiento del plan de Dios para la Congregación y para cada uno de ustedes".
"El corazón de las Constituciones es el carisma o el patrimonio espiritual del Instituto (la Legión)", dijo el Purpurado y recordó que el Papa fue quien subrayó esta idea indicando que en la tarea de aprobar las nuevas Constituciones "debe examinarse profundamente el mismo carisma del Instituto".
De hecho, prosiguió, "las Constituciones deben contener la vocación y la identidad del Instituto (es decir, su carisma o patrimonio espiritual) y las normas fundamentales para su protección, avance y progreso. Esta ha sido la preocupación principal al elaborar el borrador del texto y el Capítulo debe tener la misma preocupación al aprobar el siguiente texto que será enviado al Santo Padre".
En relación a la elección de las autoridades, el Cardenal de Paolis recordó que son ellas quienes tienen la misión de "preservar y promover el carisma del Instituto" y explicó que esto es posible solo cuando "la autoridad se ejerce como un servicio, en el espíritu del Evangelio y en fidelidad a las normas de la Iglesia".