MADRID,
Cáritas Española denuncia la persistencia en España de un modelo que supone "encerrar" a los inmigrantes en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y de unas políticas centradas en métodos de control de los flujos migratorios que refuerzan los mecanismos de acceso mediante sistemas disuasorios que "lo único que consiguen es infligir más dolor", con motivo del Día Internacional del Migrante.
Ante esta situación Cáritas proclama que las personas migrantes "ya forman parte del 'nosotros'" y que su presencia en la sociedad es "un hecho incontestablemente positivo". "Nuestra sociedad se ha transformado en una sociedad diversa. Y diversa quiere decir distinta, pero también quiere decir mejor", asegura.
Sin embargo, admiten que no ayuda el contexto de "endurecimiento del discurso y las políticas públicas, que tienden a señalar y criminalizar al otro". Concretamente, la organización critica que las políticas de migración, tanto a nivel europeo como a nivel nacional, siguen centradas en unos métodos que buscan reforzar la lucha contra las mafias --"que, sin duda, hay que combatir"--, pero que al final causan "más dolor".
En este sentido, recupera la denuncia que hacen los obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones en su reciente Mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2014: "A los inmigrantes les abrimos las puertas cuando los necesitamos y se las cerramos cuando su presencia choca con nuestros intereses".
A fecha de hoy, según apunta Cáritas, "no existen políticas orientadas a explorar otras posibilidades más flexibles de acceso al territorio, ni una apuesta por impulsar políticas de desarrollo económico y social en los países de origen".
Por el contrario, añade, hay "dificultades crecientes en los procedimientos de documentación y renovación, y la persistencia en un modelo que supone encerrar a las personas migrantes en centros de internamiento".
Cáritas advierte de que a las personas se les "está olvidado integrar y no discriminar" y recuerdan que las razones para migrar son las mismas que buscan hoy muchos jóvenes que emigran en busca de nuevas oportunidades y de un futuro más digno.
Tal y como indica el Papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, "respetando la independencia y la cultura de cada nación, hay que recordar siempre que el planeta es de toda la humanidad y para toda la humanidad, y que el solo hecho de haber nacido en un lugar con menores recursos o menor desarrollo, no significa que vivan en menor dignidad".
Por ello Cáritas acompaña a aquellas familias que, empujadas al retorno a sus países de origen, tienen que sufrir una nueva ruptura, un regreso que, "lejos de ser voluntario, se convierte en una nueva expulsión" y también a muchos vecinos "que en el nuevo contexto de precariedad social caen en la irregularidad sobrevenida y, con ello, en la exclusión en el acceso a derechos tan básicos como la salud".
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