VATICANO,
Quien pronuncia palabras cristianas sin Cristo, o sea sin ponerlas en práctica, se hace mal a sí mismo y a los otros, porque está vencido por el orgullo, y causa división también en la Iglesia, señaló esta mañana el Papa Francisco en la Misa en la Capilla de la Casa de Santa Marta.
El Santo Padre dijo que "un escritor inglés, una vez, hablando de las herejías decía que una herejía es una verdad, una palabra, una verdad, que se ha convertido en una locura. Cuando las palabras cristianas son palabras sin Cristo comienzan a recorrer el camino de la locura".
"Una palabra cristiana sin Cristo te conduce a la vanidad, a la seguridad de ti mismo, al orgullo, al poder por el poder. Y el Señor derriba a estas personas. Esta es una constante en la historia de la Salvación. Lo dice Ana, la mamá de Samuel; lo dice María en el Magnificat: el Señor derriba la vanidad, el orgullo de aquellas personas que se creen ser de roca".
El Santo Padre alertó que "estas personas que solamente van detrás de una palabra, pero sin Jesucristo: una palabra cristiana cierto, pero sin Jesucristo, sin la relación con Jesucristo, sin la oración con Jesucristo, sin el servicio a Jesucristo, sin el amor a Jesucristo. Esto es lo que hoy nos dice el Señor: construir nuestra vida sobre esta roca y la roca es Él".
Escuchar y poner en práctica la palabra del Señor es como construir la casa sobre la roca. El Papa Francisco explicó la parábola evangélica propuesta por la liturgia del día. Jesús reprendía a los fariseos el conocer los mandamientos pero no realizarlos en sus vidas: "son palabras buenas", pero si no son puestas en práctica "no solamente no sirven, sino que hacen mal: nos engañan, nos hacen creer que tenemos una bella casa, pero sin fundamento".
"Esta figura de la roca se refiere al Señor. Isaías, en la Primera Lectura, lo dice: '¡Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna!'. ¡La roca es Jesucristo! ¡La roca es el Señor! Una palabra es fuerte, da vida, puede ir adelante, puede tolerar todos los ataques, si esta palabra tiene sus raíces en Jesucristo. Una palabra cristiana que no tiene sus raíces vitales, en la vida de una persona, en Jesucristo, ¡es una palabra cristiana sin Cristo! y las palabras cristianas sin Cristo ¡engañan, hacen mal!"