VATICANO,
El Papa Francisco indicó hoy, dirigiéndose a los participantes de la Conferencia Internacional organizada por el Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios , que "las personas mayores siempre han sido protagonistas en la Iglesia, y todavía lo son".
El evento tuvo lugar del 21 al 23 de noviembre en el Aula del Sínodo del Vaticano, bajo el título "Iglesia al servicio de los enfermos de edad avanzada: la atención a las personas que padecen enfermedades neurodegenerativas".
El Santo Padre subrayó que "hoy, más que nunca, la Iglesia debe dar ejemplo a toda la sociedad del hecho de que los ancianos, a pesar de los 'achaques' inevitables, a veces graves, son siempre importantes, es más, son de hecho indispensables".
Francisco señaló que más allá de cualquier "visión discriminante", la vida humana "conserva siempre su valor a los ojos de Dios".
Por ello, los ancianos participan "plenamente en la misión de la Iglesia", pues llevan consigo "la memoria y la sabiduría de la vida, para transmitirla a los demás".
El Papa remarcó que "es importante el apoyo de ayudas y de servicios adecuados, con el objetivo de respetar la dignidad, la identidad y las necesidades del paciente, pero también de los que asisten al enfermo, familiares y agentes profesionales. Esto sólo es posible en un ambiente de confianza y como parte de una relación de respeto mutuo".
"Vivida así, la atención al enfermo se vuelve una experiencia muy rica, tanto profesional como humanamente; de lo contrario, se vuelve mucho más similar a la simple y fría 'protección física'".
Los "ancianos enfermos", indicó el Santo Padre, son también destinatarios del mensaje evangélico, gracias a la fuerza del sacramento del bautismo.
Por ello, advirtió, se hace necesario "comprometerse para una asistencia que, junto con el modelo biomédico tradicional, se enriquezca de espacios de dignidad y de libertad, lejos de la cerrazón y silencios… aquella tortura de los silencios. El silencio muchas veces se transforma en una tortura. Esta cerrazón y silencios que, demasiado a menudo, rodea a las personas en el campo de la atención sanitaria".
"En esta perspectiva, quisiera destacar la importancia del aspecto religioso y espiritual. De hecho, se trata de una dimensión que sigue siendo viable aún cuando las capacidades cognitivas se reducen o se pierden".
El Santo Padre señaló que se debe "poner en práctica una pastoral especial para acompañar la vida religiosa de las personas mayores con enfermedades degenerativas graves, con formas y contenidos diversificados, para que, a pesar de ello, sus mentes y sus corazones no interrumpan el diálogo y la relación con Dios".
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