VATICANO,
En la Misa que presidió esta mañana en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco alertó sobre el "espíritu de la mundanidad que nos lleva a la apostasía", del que habla la novela "El amo del mundo" de principios de 1900, y advirtió que hoy en día se piensa que "debemos ser como todos, debemos ser normales, como hacen todos, con este progresismo adolescente".
El Santo Padre precisó que ahora "sigue la historia": "las condenas a muerte, los sacrificios humanos". "¿Pero ustedes –preguntó el Papa– piensan que hoy no se hagan sacrificios humanos? ¡Se hacen tantos, tantos! Y hay leyes que los protegen":
Comentando la Primera Lectura, un pasaje del Libro de los Macabeos, el Papa se detuvo en la "raíz perversa" de la mundanidad. Al destacar que los guías del pueblo ya no querían que Israel permaneciera aislado de las demás naciones, abandonan sus propias tradiciones, para ir a tratar con el rey.
Van a "negociar", dijo Francisco, y se sienten entusiastas por esto. Es como si dijeran "somos progresistas, vamos con el progreso, donde va toda la gente". Y advirtió que se trata del "espíritu del progresismo adolescente" que "cree que ir adelante en cualquier elección, es mejor que permanecer en las costumbres de la fidelidad".
Esta gente, por tanto, negocia con el rey "la fidelidad a Dios siempre fiel". "Esto se llama apostasía", "adulterio". En efecto, no están negociando algunos valores, "negocian precisamente lo esencial de su ser: la fidelidad al Señor".
"Y esta es una contradicción: no negociamos los valores, sino que negociamos la fidelidad. Y esto es precisamente el fruto del demonio, del príncipe de este mundo, que nos lleva adelante con el espíritu de la mundanidad. Y después, suceden las consecuencias. Tomaron las costumbres de los paganos, después un paso adelante: el rey prescribió en todo el reino que todos formaran un solo pueblo y cada uno abandonara sus propias usanzas. No es la bella globalización de la unidad de todas las Naciones, sino, cada una con sus propias usanzas, pero unidas, pero es la globalización de la uniformidad hegemónica, es precisamente el pensamiento único. Y este pensamiento único es fruto de la mundanidad".