VATICANO,
En la catequesis de la audiencia general de los miércoles, el Papa Francisco prosiguió su reflexión sobre los artículos del Credo, hablando esta vez de la única referencia a un sacramento en la profesión de fe: "Creo en un solo bautismo para el perdón de los pecados". En efecto el bautismo es la "puerta" de la fe y de la vida cristiana" y la misión de la Iglesia, siguiendo el mandato del Resucitado es "evangelizar y perdonar los pecados a través del sacramento bautismal".
Para explicar mejor esa expresión, el Pontífice, la dividió en tres puntos: "Creo"; "en un sólo bautismo"; "para el perdón de los pecados".
Pronunciando "Creo", dijo el Santo Padre, afirmamos "nuestra verdadera identidad como hijos de Dios". Al mismo tiempo, "al bautismo está ligada nuestra fe en el perdón de los pecados. El sacramento de la penitencia o confesión es, de hecho, como un 'segundo bautismo', que nos lleva siempre al primero para consolidarlo y renovarlo".
El bautismo "es el punto de partida de un camino de conversión que dura toda la vida. Cuando vamos a confesar nuestras debilidades, nuestros pecados, vamos a pedir perdón a Jesús, pero también vamos a renovar el bautismo con ese perdón. La confesión no es una sala de tortura, es una fiesta para celebrar el día del bautismo".
El Papa, tras afirmar que el bautismo es también "la partida de nacimiento del cristiano en la Iglesia", pidió a los participantes en la audiencia que levantasen la mano si, además del día del cumpleaños, recordaban también el día del bautismo y, dado que en la Plaza de San Pedro se levantaron pocos brazos, puso a todos la tarea de buscarla cuando volvieran a casa y celebrar así también el cumpleaños del nacimiento en la Iglesia.
Francisco pasó después al segundo elemento: un sólo bautismo, recordando que la palabra "bautismo" significa literalmente "inmersión". "Este sacramento -subrayó- constituye una verdadera inmersión espiritual en la muerte de Cristo, de la que resurgimos con él como nuevas criaturas. Es un baño de regeneración e iluminación".