ROMA,
El Prefecto Apostólico de Ulaanbaatar (Mongolia), Mons. Wenceslao Padilla, agradeció el compromiso misionero de la Iglesia en Corea del Sur, cuya ayuda y cooperación han sido y siguen siendo cruciales para el crecimiento y la maduración de la pequeña Iglesia en Mongolia.
De visita en la Arquidiócesis de Seúl (Corea del Sur), el Prelado ha sensibilizado a las parroquias y las asociaciones coreanas, lanzando una campaña de recaudación de fondos para apoyar a las escuelas católicas en Mongolia.
"Cuando llegué a Mongolia, hace 21 años, no había ninguna iglesia y ningún católico. Nos hemos enfrentado a muchos desafíos, problemas económicos, a las diferencias culturales y a las dificultades lingüísticas. Estábamos en un contexto en el que la religión cristiana era totalmente nueva y el credo más extendido era el budismo tibetano", expresó Mons. Padilla.
En declaraciones recogidas por la agencia Fides, el Prelado aseguró que "hoy en día hay una gran esperanza en el florecimiento de la fe cristiana en Mongolia; gracias a la cooperación de la población local, pero también de la labor de los misioneros y las Iglesias hermanas", como la Iglesia en Corea del Sur, que está enviando de forma constante durante los últimos años, recuerda el Obispo, "apoyo económico y misioneros".
Desde 2004, la Iglesia en Mongolia cuenta con el apoyo financiero de las asociaciones eclesiales de Corea como el movimiento "Un Cuerpo, Un Espíritu", de una Fundación Misionera y del "Centro Médico Católico" de la Arquidiócesis de Seúl. Las áreas de cooperación son especialmente la educación y la sanidad.
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