Las autodenominadas Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), una organización de fachada creada en Estados Unidos para promover el aborto, ha lanzado una campaña exigiendo que se retire al Vaticano de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Con su campaña "See Change" (juego de palabras en inglés que significa al mismo tiempo "ver cambio" y "cambiar sede"), las CDD buscan frenar lo que considera "obstruccionismo" de la Santa Sede ante las políticas de anticonceptivos, aborto, y de promoción del estilo de vida homosexual que promueven.
En una columna publicada en el diario estadounidense The Washington Post, el presidente de las Católicas por el Derecho a Decidir, Jon O'Brien, reconoció que su campaña busca que el Papa "Francisco y sus representantes en todo el mundo se quiten del camino" en los temas de "sexo, relaciones y salud reproductiva".
Católicas por el Derecho a Decidir se ha unido en su ataque contra el Vaticano con el Center for Reproductive Rights y Planned Parenthood, dueña de la cadena de clínicas abortistas más grande del mundo.
Al respecto, Austin Ruse, presidente de C-FAM (Instituto Familia Católica y Derechos Humanos), con sede en Nueva York y Washington D.C. (Estados Unidos), denunció que la verdadera razón de la campaña anticlerical de las Católicas por el Derecho a Decidir "es recaudar dinero".
En un artículo publicado en Crisis Magazine, Ruse indicó que tras ser reemplazada su anterior presidenta, Frances Kissling, con Jon O'Brien "los fondos comenzaron a secarse y ahora han bajado un 19 por ciento desde que tomó el cargo", en 2007.