ROMA,
El Pontificio Consejo Cor Unum informó que las organizaciones católicas han destinado unos 72 millones de dólares para socorrer a la población siria que sigue sufriendo los estragos de la guerra, incluyendo a aquellos que han huido a otros países como Líbano, Jordania, Turquía, Irak, Chipre y Egipto.
Estos datos fueron recogidos el 9 de octubre en el mapa de las ayudas distribuidas en Siria, efectuado tras la reunión de coordinación de los organismos caritativos presentes en el escenario sirio, convocada por el Pontificio Consejo Cor Unum del 4 al 5 de junio de 2013.
En un comunicado difundido este miércoles, el dicasterio informó que son "72 millones de dólares asignados por las organizaciones humanitarias católicas para aliviar la crisis en Siria y en las regiones vecinas; 55 entes que obran sobre el terreno; 20 ciudades sirias socorridas gracias a las ayudas enviadas y 32 organismos católicos implicados hasta ahora; ayudas dispensadas también a los refugiados" en otros países.
El texto recordó que las organizaciones católicas están involucradas en esta labor humanitaria desde el inicio de la crisis en 2011, la cual es seguida de cerca por el Papa Francisco. El Santo Padre, destacó el comunicado, ha alentado a estos organismos a "ayudar a la población de Siria, más allá de la afiliación étnica o religiosa -dijo en esa ocasión- es el modo más directo de contribuir a la pacificación y a la construcción de una sociedad abierta a todos sus diversos componentes".
El dicasterio informó que "la dificultad para obtener información relativa a las necesidades de la población afectada , así como de la evolución de la situación política y social, ha repercutido en el carácter, a veces esporádico, de las ayudas enviadas y en la multiplicidad de las formas de apoyo a las instituciones presentes sobre el terreno".
"Por eso, el encuentro de junio, fue la ocasión para reunir a los organismos activos en el contexto de la crisis y para decidir sobre la creación de una oficina de coordinación de la información sobre la ayuda humanitaria distribuida por la Iglesia Católica, con el objetivo de evitar la dispersión de esfuerzos y la falta de un enfoque coherente".