CORDOBA,
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, ha escrito en su carta semanal habla de la fe como clave para seguir a Cristo, "la vida de fe es la respuesta al don de Dios que sale a mi encuentro, me habla en su Palabra y en los acontecimientos de mi vida y de la historia, y espera una entrega total de mi persona a la llamada continua que Él me hace. La fe es don y tarea, regalo y esfuerzo".
Mons. Fernández explica que en la fe es siempre Dios quien tiene la iniciativa, y precisa que al encontrarnos en el Año de la Fe es un buen momento "para darle gracias a Dios por el don de la fe, profundizar en el significado de este don y el compromiso personal que lleva consigo y descubrir sus ramificaciones en todos los ámbitos de la vida".
Recuerda la importancia de la encíclica 'Lumen fidei' que "explica la fe desde distintas perspectivas, pero sobre todo presenta la fe como una luz deslumbrante, que ilumina todos los aspectos de la vida presente y de la vida futura, incluido el más allá".
"La fe no es un sentimiento pasajero, no es una emoción del momento, no es algo fugaz, como casi todo lo que nos rodea. La fe consiste más bien en ver la vida, las cosas, a los demás, la historia, con los ojos de Dios, con los ojos humanos de Cristo", explica el Obispo.
Mons. Fernández asegura en su carta que Dios ha dado a lo largo de la Historia numerosos signos para creerle, especialmente al darnos a su Hijo Jesucristo, que dio su vida por los hombres, por eso el Obispo afirma que "sólo el amor es creíble. Y en Jesucristo el amor de Dios al hombre ha llegado a su máxima expresión. En Jesucristo Dios nos ha dicho que nos ama, y que nos ama hasta el extremo de dar la vida por nosotros".
"Ese amor, que nos precede, es un amor creíble. Y por eso, movidos por su Espíritu, respondemos en la misma onda: entregando nuestra vida, toda nuestra vida, a Dios que va siempre por delante".
También destaca la imposibilidad de vivir la fe de manera aislada, "la fe no es algo individual, sino una realidad comunitaria. Creemos en el seno de la Iglesia, creemos lo que la Iglesia nos enseña, creemos por el testimonio de la Iglesia".
Por eso el Obispo de Córdoba afirma, que para el creyente no hay nada imposible, "porque para Dios no hay nada imposible y colaborando con él nos hace casi omnipotentes. Si tuviéramos fe como un grano de mostaza".
Para concluir pide al Señor que aumente la fe, especialmente en este Año: "una fe honda y bien arraigada en la verdad. Una fe que se expresa en el amor. Una fe que surte siempre esperanza, incluso en los momentos decisivos del sufrimiento y de la prueba. Una fe que mueva montañas".
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