ROMA,
Las autoridades civiles del distrito de Atsaphangthong, en la provincia de Savannakhet, han determinado que los ciudadanos laotianos cristianos de las diversas aldeas del distrito, tienen que renunciar a su fe, bajo pena de expulsión del distrito.
Según una información de la Agencia Fides, la medida fue adoptada dado el creciente número de conversiones al cristianismo en varios pueblos.
La decisión fue anunciada el 21 de septiembre, durante una reunión oficial de las autoridades civiles con la población de la aldea de Huay. La reunión contó con la participación de personas de todas las religiones.
Una vez extendida la noticia, los cristianos han rechazado la decisión, alegando que su derecho a la libertad religiosa está garantizado por la Constitución de Laos y dicen que están dispuestos a sufrir la expulsión, antes que renunciar a su fe cristiana.
Por su parte la Ong "Human Rights Watch for Lao Religious Freedom" (HRWLRF) denuncia el incumplimiento de esta disposición constitucional, a menudo ignorada por los funcionarios locales en muchos barrios de las distintas provincias. La Ong pide al gobierno de Laos que haga cumplir el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado por Laos en 2009.
El derecho a adoptar una religión libremente elegida, así como el derecho a manifestar públicamente la propia religión, se ve confirmada por el artículo 16 de la Convención. El texto condena cualquier forma de coacción de la libertad personal, incluida la libertad de la fe.
La HRWLRF instó al gobierno de Laos a respetar el derecho del pueblo de Laos a la plena libertad religiosa, controlando los movimientos y los abusos de los funcionarios locales y tutelando a los ciudadanos de Laos de fe cristiana.
Once familias amenazadas de expulsión si no dejan la fe cristiana
Otro caso reciente de persecución religiosa en el país fue protagonizado por las autoridades del pueblo de Nongdaeng, en el distrito de Borikan, provincia de Borikhamsai, en Laos, quienes intimaron a 11 familias que se convirtieron al cristianismo (en total unas 50 personas) a que renuncian a su fe cristiana y vuelvan a la religión animista, bajo pena de ser expulsadas del pueblo.
Los representantes de las familias fueron convocados el pasado 30 de agosto por los funcionarios de Asuntos Religiosos, que los conminaron a abandonar "la religión de una potencia occidental extranjera, que es destructiva para la nación de Laos", y les dieron tres días para decidir, porque "no van a permitir practicar la fe cristiana en esta población".
El domingo 1 de septiembre, las familias cristianas se reunieron en una casa para una celebración litúrgica, reiterando que tienen pleno derecho a practicar su religión libremente, como está garantizado por la Constitución de Laos, por lo que eligieron desconocer la orden de las autoridades.
La conversión de estas familias en el pueblo de Nongdaeng sucedió entre abril y mayo de 2013. Tres familias se atrevieron a manifestar públicamente su fe cristiana en la población y comenzaron a rezar en sus casas. Otras ocho familias en el barrio siguieron su ejemplo y dejaron la religión tradicional animista y abrazaron la fe cristiana.
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