VATICANO,
En su reciente visita a Cagliari en Italia, el Papa Francisco tuvo un especial encuentro con los jóvenes y ante ellos exhortó de manera enérgica: "¡Por favor, no vendan su juventud a los que venden muerte!"
La última cita de la visita pastoral del Papa a Cagliari fue con los jóvenes que, a las 5:30 pm. lo esperaban en Largo Carlo Felice, donde por la mañana había encontrado a los representantes del mundo del trabajo.
Francisco comentó el relato evangélico de la pesca milagrosa, leído poco antes, invitando a cuantos le escuchaban a no dejarse vencer nunca por el pesimismo o el desánimo. "Cuando un joven no confía en la vida -dijo-cuando pierde la esperanza" busca un poco de paz "en los "mercaderes de muerte, los que ofrecen un camino para cuando se está triste, sin valor, sin esperanza. ¡Por favor no vendan su juventud a los que venden muerte! Saben de qué hablo".
"Fíense de Jesús. Y cuando lo digo quiero ser sincero: Yo no vengo aquí a venderles una ilusión; vengo a decir que hay una Persona que puede sacarte adelante; fíate de ella. Es Jesús y Jesús no es una ilusión... Las dificultades no tienen que asustaros ... Remen mar adentro y echad las redes... La palabra del Señor ha llenado las redes y... ha hecho eficaz el trabajo misionero de los discípulos. Seguir a Jesús exige esfuerzo, significa no contentarse con metas pequeñas, sino apuntar a la cima, con valor".
"Cuando parece que todo está parado, cuando los problemas personales se inquietan, cuando el malestar social no encuentra las respuestas adecuadas, no hay que darse por vencidos. El camino es Jesús: hacer que suba a nuestra barca y remar mar adentro con Él...porque con Jesús todo cambia. Sin hacer demasiados cálculos humanos y sin preocuparse de verificar si la realidad que os circunda coincide con vuestras seguridades. Mar adentro y salid de vosotros mismos; salgamos de nuestro pequeño mundo para abrirnos a Dios y cada vez más a los hermanos".
Como el 21 de septiembre hacía 60 años que el Papa, que entonces tenía 17, sintió la vocación sacerdotal, Francisco relató que nunca se había arrepentido de la decisión que había tomado porque "incluso en los momentos más oscuros, en los momentos del pecado, de la fragilidad, del fracaso, he mirado a Jesús y me he fiado de Él y nunca me ha dejado sólo".