ROMA,
El Papa Francisco llamó por teléfono a la italiana Anna Romano (35), una mujer que consideró abortar a su hijo y le envió una carta narrándole su historia. El Santo Padre respondió a su misiva con una llamada en la que le dijo que el cristiano no pierde la esperanza y que, de no encontrar a otro sacerdote, él mismo bautizará a su bebé cuando nazca.
Anna escribió en junio una carta al Pontífice tras enterarse de que estaba embarazada, y luego de que su pareja la abandonara tras revelarle que era casado, ya tenía un hijo y no se iba a hacer cargo del bebé. Este hombre le sugirió abortar.
El martes pasado hacia las cuatro de la tarde, Anna que actualmente vive y trabaja en Arezzo (Italia), recibió una llamada de un número desconocido de Roma. Al contestar "me quedé sin palabras", dijo.
El periódico italiano Corriere della Sera, publicó el 5 de septiembre, que la llamada fue breve y emotiva y que Anna al principio creyó que era una broma, pero cuando el Papa le dijo que había leído su carta, no dudó porque la misiva sólo la conocían sus padres y su mejor amiga.
"Le dije que quería bautizar a mi hijo, pero tenía miedo que sea posible, porque soy una madre soltera ya divorciada de otro, y me dijo que si no encontraba un padre para el bautizo, el mismo había pensado impartirle el Sacramento a mi pequeño", relató Anna.
Con "aquella llamada de pocos minutos cambió mi vida, el Papa me dijo que soy valiente y fuerte por haber decidido tener a mi hijo, a pesar que el padre me había abandonado... -y recalcó que el Santo Padre- me prometió que lo bautizará personalmente".