NUEVA YORK,
A pesar de reconocer los significativos avances en materia de derechos civiles de afroamericanos y otras minorías raciales conseguidos tras la Marcha de Washington de 1963 -en la que Martin Luther King Jr. pronunció su célebre discurso "Yo tengo un sueño"-, los Obispos católicos en Estados Unidos advirtieron que "el sueño del Dr. King y todos los que marcharon y trabajaron con él, no se han realizado completamente para muchos en nuestro país".
En un comunicado publicado en el sitio web de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), con ocasión de cumplirse el 28 de agosto los 50 años de la Marcha de Washington, los Prelados destacaron que quienes se manifestaron en esa ocasión "vinieron de distintas razas y denominaciones de fe, pero estaban todos unidos por una causa justa".
"Buscando tocar y conmover el corazón de Estados Unidos, vinieron a la capita de la nación y marcharon por la causa de los Derechos Civiles, pidiendo el fin de la segregación".
Los Obispos recordaron que "los participantes marcharon a pie y proclamaron la buena nueva de nuestro Señor, que obra en favor de los marginados en nuestro país; pidieron a la nación realizar una legislación que beneficie a aquellos sufrientes y olvidados".
Entre quienes marcharon, recordaron los Obispos, estuvieron el Arzobispo de Washington, Cardenal Patrick O'Boyle, y muchos sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos católicos.
Los Obispos reconocieron que "cincuenta años después, no podemos negar el amplio espectro del avance en muchas áreas de la sociedad. Saludamos el hecho de que en nuestro país haya más diversidad racial y cultural entre los líderes de los sectores públicos y privados".