Gemma Holmes, de 26 años, sufrió un terrible accidente manejando su pequeña motocicleta en Hilperton (Reino Unido), en septiembre del año pasado, quedando en estado de coma. Al despertar, se enteró que tenía 12 semanas de embarazo, pero se negó a abortar a pesar de la presión de los médicos.
Los médicos tuvieron pocas esperanzas en la recuperación de Gemma tras su accidente. Argumentando que no podrían operar su espalda, que quedó fracturada, hasta que culmine el embarazo, presentaron la alternativa del aborto, mientras la joven se encontraba aún en coma.
La madre de Gemma, Julie, se negó al pedido de los médicos y les dijo que esperarían a que ella despierte para que fuera la joven quien tome la decisión.
Cuando finalmente despertó, cerca de seis semanas después del accidente, Gemma había perdido la memoria de la últimos tres años, y se enteró que estaba embarazada. Debido a su condición, no podía recordar quién era el padre.
Pese a tener la espalda fracturada y golpes severos en la cabeza y otras partes del cuerpo, la joven decidió continuar con su embarazo.
"Simplemente pensé que si este pequeño bebé dentro de mí había logrado sobrevivir a este terrible choque, entonces él estaba destinado a ser", dijo Gemma.