VATICANO,
El Papa Francisco presidió la misa con la que se dio comienzo el capítulo general de la orden agustina en la que se elegirá al prior general para los próximos seis años y se definirán las líneas de actuación de los agustinos para ese nuevo período.
En la Iglesia de San Agustín en Roma, el Santo Padre dijo en su homilía que debemos rezar a Dios para que "conserve en nuestro corazón la inquietud espiritual de buscarlo siempre, la inquietud de anunciarlo con coraje, la inquietud del amor hacia todo hermana y hermano".
Ejemplo de esto es San Agustín, explicó el Pontífice, que "se deja inquietar por Dios, no se cansa de anunciarlo, de evangelizar con coraje, sin temor, buscar ser la imagen de Jesús Buen Pastor que conoce a sus ovejas, así, como amo repetir, que ´huele a oveja´ y sale a buscar a las que están perdidas".
"Agustín vive aquello que San Pablo indica a Timoteo y a cada uno de nosotros: anuncia la palabra, insiste en el momento oportuno y no oportuno, anuncia el Evangelio con el corazón magnánimo, grande, de un Pastor que está inquieto por sus ovejas. El tesoro de Agustín es esta actitud: salir siempre hacia Dios, salir siempre a su grey. Es un hombre en tensión entre estas dos salidas".
Francisco alentó además a "no ´privatizar´ el amor… y a estar siempre en camino, decía el Padre, ¡siempre inquieto! Y esta es la paz de la inquietud".
El Papa, reflexionando sobre la figura de Santa Mónica, madre del obispo de Hipona –a quien la liturgia recuerda un día antes-, Francisco observó: "¿Cuántas madres hoy derraman lágrimas para que sus hijos vuelvan a Cristo? No pierdan la esperanza de la gracia de Dios".