ROMA,
"La Congregación para las Iglesias Orientales sigue con viva preocupación la terrible situación en Egipto, compartiendo la oración del Papa Francisco por las víctimas y por cuantos siguen sufriendo las duras consecuencias de los desarrollos sangrientos del conflicto que continúa en el seno de la sociedad egipcia", lo afirmó el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto del dicasterio.
En declaraciones al diario italiano La Stampa, el Purpurado argentino que sirve en el Vaticano dijo que desea "que se ponga en marcha ese diálogo y esa reconciliación que lleven al restablecimiento de la paz civil, a un nuevo comienzo para la vida social, a la reconstrucción de las áreas tan afectadas por los reiterados hechos de violencia".
Al expresar "cercanía fraterna" al Patriarca copto ortodoxo Teodoro II y a su comunidad, el Cardenal dirige "un pensamiento especial" a los coptos católicos, guiados por el patriarca Ibrahim Sidrak, con su predecesor, el Cardenal Antonio Naguib, y a los obispos, sacerdotes y fieles de todas las Iglesias orientales católicas y de la Iglesia latina presentes en Egipto.
"El Señor - dijo el Cardenal- los sostenga en la prueba tan dura para toda la nación, confortando a quienes sufren en el cuerpo y en el espíritu, especialmente a los inocentes, y acogiendo en su paz a las numerosas víctimas. Sus lágrimas son las lágrimas de todas las Iglesias orientales diseminadas por el mundo".
El Purpurado invitó sobre todo a mantener viva la esperanza de que "Egipto pueda experimentar una fecunda primavera de humanidad y de libertad, especialmente religiosa, viviendo en la justicia y en la solidaridad, gracias a la contribución responsable de todos sus habitantes".
Para concluir el Prefecto de la Congregación para las Iglesia Orientales hizo un llamado a fin de que "se proteja la dignidad de cada persona y de las comunidades, que lo enriquecen en un entramado admirable de religiones, cultura e historia, y la mutua comprensión entre cristianos y musulmanes".