VATICANO,
En la homilía de la Misa que presidió esta mañana en la Plaza de la Libertad en Castel Gandolfo, el Papa Francisco reflexionó sobre la fiesta de la Asunción de la Virgen que la Iglesia celebra hoy y dijo que Santa María es escuela de paciencia y esperanza, no nos deja solos, nos acompaña siempre y sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal.
Ante miles de fieles presentes, el Santo Padre planteó la reflexión a partir de la fiesta de la Asunción de la Virgen y tres palabras que se relacionan a este acontecimiento: lucha, resurrección y esperanza.
"El pasaje del Apocalipsis presenta la visión de la lucha entre la mujer y el dragón. La figura de la mujer, que representa a la Iglesia, es por una lado gloriosa, triunfante, y del otro aún en trabajo. Así, en efecto, es la Iglesia: si es la del Cielo ya está asociada a la gloria de Su Señor, en la historia vive continuamente las pruebas y los desafíos que comporta el conflicto entre Dios y el maligno, el enemigo de siempre. Y en esta lucha que los discípulos de Jesús deben afrontar - todos nosotros, todos los discípulos de Jesús debemos afrontar esta lucha - María no nos deja solos, la Madre de Cristo y de la Iglesia está siempre con nosotros".
El Papa dijo luego que la Virgen "siempre camina y está con nosotros. También María, en cierto sentido, comparte esta doble condición. Ella naturalmente ya ha entrado de una vez y para siempre en el Cielo, pero esto no significa que sea lejana, que se haya alejado de nosotros, de hecho María nos acompaña, lucha con nosotros, sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal".
"La oración con María, en particular el Rosario - pero escuchen bien, el Rosario. Ustedes rezan el Rosario todos los días? Yo no sé (los presentes gritan sí!) Seguros? Entonces la oración con María, en particular el Rosario también tiene esta dimensión "agónica", es decir de lucha, una oración que sostiene en la batalla contra el maligno y sus cómplices. También el Rosario nos sostiene en la batalla".
El Papa Francisco dijo luego que la segunda lectura se refiere a la resurrección. "Toda nuestra fe se basa en esta verdad fundamental que no es una idea sino un evento. Y también el misterio de la Asunción de María en cuerpo y alma está inscrito en la Resurrección de Cristo. La humanidad de la Madre fue 'atraída' por el Hijo en su paso a través de la muerte".