BRASILIA,
El 1 de agosto, cuatro días después de que el Papa Francisco abordara el avión de Río de Janeiro (Brasil) de regreso a Roma y concluida la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Río 2013, la presidenta de este país, Dilma Rousseff, aprobó y convirtió en ley el proyecto PLC 3/2013, que abre las puertas a la distribución de un fármaco abortivo en todo el sistema sanitario del país.
Tras ser publicada la ley hoy 2 de agosto en el Diario Oficial de la Unión, los centros médicos de Brasil estarán obligados a administrar la píldora abortiva del día siguiente a las mujeres que hayan sufrido una violación, hasta 72 horas después del crimen sin necesidad de que se compruebe el hecho.
La jefa de la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres del gobierno brasileño, la promotora de la legalización del aborto Eleonora Menicucci, defendió la decisión de Dilma Rousseff, asegurando que esta firmó la ley en "respeto por el Congreso y las mujeres".
En declaraciones a la prensa brasileña este viernes 2 de agosto, Menicucci aseguró que esta norma tendrá un "impacto positivo en la prevención del aborto en las mujeres víctimas de violación", al mismo tiempo que admitió que la norma contempla la abortiva "anticoncepción de emergencia".
"Este proyecto ayuda a garantizar el cumplimiento y mitigar el daño causado a las víctimas de violencia sexual. Debemos tener la solidaridad, la humanidad, el respeto a las mujeres y niños que sufren la violencia sexual", dijo la activista abortista que hoy labora en el gobierno de Brasil.
El ministro de la Secretaría de la Presidencia, Gilberto Carvalho, indicó que con esta nueva ley se está legalizando "un apoyo humanitario".