21 de noviembre de 2024 Donar
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San Francisco y la Porciúncula: Así puedes obtener indulgencia plenaria hoy y mañana

San Francisco de Asís. Crédito: Dominio Público / La Porciúncula (foto recortada). Crédito: Alekjds - Wikimedia Commons CC BY-SA 4.0

A partir del mediodía de hoy 1 de agosto y durante todo el día de mañana 2 de agosto, los fieles que visiten una iglesia franciscana en cualquier parte del mundo podrán obtener la tradicional indulgencia plenaria de la Porciúncula.

Este don requiere, además, las condiciones habituales de Confesión sacramental, Comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.

En declaraciones a ACI Prensa, el Hno. Gonzalo Cateriano, exprovincial de los Franciscanos Capuchinos en el Perú, resaltó el "gran deseo de San Francisco de Asís de que todas las almas se salven" y que los fieles "con piedad y devoción" reciban la indulgencia cumpliendo las disposiciones de la Iglesia.

También señaló que "antiguamente era muy difícil que la Iglesia conceda indulgencias", ya que sólo se obtenían en peregrinación a algunos lugares como Tierra Santa. Sin embargo, "ahora el 'Perdón' de Asís se puede obtener en todas las iglesias franciscanas del mundo desde la víspera de la fiesta central".

Asimismo, el Hno. Cateriano invitó a que todas las personas se acerquen a recibirla.

Historia de la indulgencia de la Porciúncula

La concesión de la indulgencia de la Porciúncula se dio en 1216, cuando San Francisco partió hacia Perusa junto al hermano Maseo para ver al Papa Honorio III. La noche anterior el mismo Cristo y la Virgen, rodeados de ángeles, se le habían aparecido en la capilla de Santa María de los Ángeles, en Asís.

En esta aparición, el santo le pidió al Señor que les concediese una indulgencia a cuantos visitasen la iglesia dedicada a la Virgen bajo la advocación de María de los Ángeles. El Señor aceptó y le ordenó que se dirigiese a Perusa, para obtener del Papa el favor deseado. El Santo Padre concedió la gracia.

En 1966, el Papa Pablo VI publicó la carta apostólica Sacrosancta Portiunculae con ocasión del 750° aniversario de la concesión de la indulgencia de la Porciúncula, donde expresó su deseo de que el "aniversario de la institución de esta indulgencia sea celebrado de manera que verdaderamente la Porciúncula sea aquel lugar santo donde se consigue el perdón total y se hace estable la paz con Dios".

Además, refiriéndose a las peregrinaciones que los fieles realizan hacia el lugar, indicó que "quiera Dios que la peregrinación, transmitida durante siglos, a la iglesia de la Porciúncula, que Nuestro mismo Predecesor Juan XXIII emprendió con ánimo piadoso, no termine sino que más bien crezca continuamente la multitud de los fieles que acuden aquí al encuentro con Cristo rico en misericordia y con su Madre, que intercede siempre ante Él".

¿Dónde está la Porciúncula?

La pequeña iglesia conocida como Porciúncula, que San Francisco dedicó a Santa María de los Ángeles, se encuentra en Asís (Italia), dentro de la gran Basílica que lleva el mismo nombre de esta advocación mariana. La Basílica data de los siglos XVI y XVII.

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Esta iglesia fue la segunda morada del santo y de sus primeros hermanos, así como el lugar donde la tarde del 3 de octubre de 1226, San Francisco falleció. Allí, además, en el Domingo de Ramos de 1211, San Francisco recibió la consagración de Santa Clara, dando origen a las clarisas.

Oración para ganar la indulgencia de la Porciúncula

La Enciclopedia Católica propone una antigua oración para obtener la gracia de la indulgencia de la Porciúncula, rezando por las intenciones del Santo Padre. A continuación la plegaria.

¡Dios y Señor mío!, yo creo que estáis realmente presente en este santo templo; os adoro con toda la sumisión de mi alma; me arrepiento, Señor, de todos mis pecados y propongo la enmienda; os suplico, Dios mío, me concedáis la gracia de ganar la santa indulgencia que Vos mismo concedisteis a vuestro siervo el humilde San Francisco, y que aplico por mí mismo o por… (aquí se dice el nombre del alma de algún difunto por la que se quiere lucrar). A este fin os ruego, por las intenciones del Romano Pontífice, por la exaltación de la Santa Iglesia, por la paz de los gobiernos cristianos y por la conversión de todos los pobres y desgraciados pecadores.
Y Vos, oh Reina de los Ángeles, interceded por mí, supliendo, con vuestra poderosa mediación, mis defectos en esta plegaria. Amantísimo protector de todas las almas, benditísimo San José, amparadme con vuestra protección. Ángel de mi guarda, acompañadme en este santo ejercicio. Seráfico y glorioso Padre San Francisco y todos los Ángeles y Bienaventurados, interceded por mí. Amén.
Rezar seis Padrenuestros, Avemarías y Gloria al Padre por la intención del Papa.

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