RIO DE JANEIRO,
El Papa Francisco presidió esta noche en la playa de Copacabana (Brasil), el recorrido del Vía Crucis junto a más de un millón de jóvenes, a quienes recordó que en la Cruz "está todo el amor de Dios" y los exhortó a tener la valentía de ir contra la corriente y no ser indiferentes como Pilatos que se lavó las manos, sino ser como el Cireneo que ayudó a Cristo a llevar la Cruz, o como María y las mujeres que lo acompañan hasta el final.
En su discurso al final del Vía Crucis, el Papa afirmó que la Cruz enseña "a mirar siempre al otro con misericordia y amor (…) a salir de nosotros mismos para ir a su encuentro y tenderles la mano". "Muchos rostros han acompañado a Jesús en su camino al Calvario: Pilato, el Cireneo, María, las mujeres… También nosotros podemos ser para los demás como Pilato, que no tiene la valentía de ir contracorriente para salvar la vida de Jesús y se lava las manos", advirtió.
El Santo Padre presenció desde el estrado principal el recorrido que la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) hizo por cada una de las trece primeras estaciones, hasta llegar a la última estación ubicada en el estrado donde se encontraba Francisco. En cada una de estas, jóvenes peregrinos escenificaron cada pasaje del Vía Crucis donde reflexionaron sobre las realidades del mundo de hoy.
"Hemos venido hoy aquí para acompañar a Jesús a lo largo de su camino de dolor y de amor, el camino de la Cruz, que es uno de los momentos fuertes de la Jornada Mundial de la Juventud", afirmó el Papa al final del recorrido, donde recordó que el primer nombre de Brasil "fue precisamente 'Terra de Santa Cruz'", y pidió por el descanso de los 242 jóvenes brasileños que en enero pasado murieron en el incendio de una discoteca en la ciudad de Santa María la Mayor.
En su discurso, Francisco trajo a la memoria las palabras del Beato Juan Pablo II, que al final del Año Santo de la Redención confió a los jóvenes la misión de llevar la Cruz por todo el mundo "como signo del amor de Jesús" y anunciar que "solo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención".
"Nadie puede tocar la Cruz de Jesús sin dejar en ella algo de sí mismo y sin llevar consigo algo de la cruz de Jesús a la propia vida", afirmó el Papa, quien preguntó a los peregrinos "¿qué han dejado ustedes en la Cruz, queridos jóvenes de Brasil, en estos dos años en los que ha recorrido su inmenso país? Y ¿qué ha dejado la Cruz en cada uno de ustedes? Y, finalmente, ¿qué nos enseña para nuestra vida esta Cruz?".