RIO DE JANEIRO,
El Papa Francisco transmitió este miércoles la solidaridad y cercanía de la Iglesia a las víctimas de las drogas en su visita al Hospital San Francisco de Asís de la Providencia en Río de Janeiro (Brasil), y pidió a la sociedad responder a la plaga del narcotráfico con solidaridad, justicia y formación en valores.
Durante su visita, el Papa escuchó atentamente el testimonio de dos pacientes del hospital, a quienes abrazó y transmitió palabras de aliento. Previamente el Arzobispo de Río de Janeiro, Mons. Orani Tempesta, y el director del centro, el franciscano Francisco Belotti, habían dado la bienvenida al Santo Padre.
Con la imagen de San Francisco de Asís detrás suyo, el Santo Padre expresó su cercanía y cariño con las víctimas de las drogas. "Hoy, en este lugar de lucha contra la dependencia química, quisiera abrazar a cada uno y cada una de ustedes que son la carne de Cristo, y pedir que Dios colme de sentido y firme esperanza su camino, y también el mío", expresó.
El Papa recordó que San Francisco de Asís descubrió que la verdadera riqueza no son los bienes materiales ni los ídolos del mundo, "sino el seguir a Cristo y servir a los demás; pero quizás es menos conocido el momento en que todo esto se hizo concreto en su vida: fue cuando abrazó a un leproso. Aquel hermano que sufría, marginado, era 'mediador de la luz (...) para san Francisco de Asís'".
Francisco señaló que todas las personas tienen "necesidad de mirar al otro con los ojos de amor de Cristo" y aprender a abrazar a aquellos que están en necesidad, pero advirtió que "abrazar no es suficiente", sino que se debe tender la mano "al que ha caído en el abismo de la dependencia, tal vez sin saber cómo, y decirle: 'Puedes levantarte, puedes remontar; te costará, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres'". "Nunca están solos. La Iglesia y muchas personas están con ustedes", afirmó.
El Santo Padre dijo que si bien la travesía es larga y fatigosa, les pido que "no se dejen robar la esperanza. Pero también quiero decir: No robemos la esperanza, más aún, hagámonos todos portadores de esperanza".
En ese sentido, destacó la parábola del Buen Samaritano. Ante el herido, recordó, "la gente pasa, mira y no se para, continúa indiferente el camino: no es asunto suyo. Sólo un samaritano, un desconocido, ve, se detiene, lo levanta, le tiende la mano y lo cura".
"Queridos amigos, creo que aquí, en este hospital, se hace concreta la parábola del Buen Samaritano. Aquí no existe indiferencia, sino atención, no hay desinterés, sino amor. La Asociación San Francisco y la Red de Tratamiento de Dependencia Química enseñan a inclinarse sobre quien está dificultad, porque en él ve el rostro de Cristo, porque él es la carne de Cristo que sufre", expresó.
El Papa agradeció el valioso servicio que realiza el personal que labora en el hospital. "Háganlo siempre con amor; es un servicio que se hace a Cristo, presente en el prójimo", invitó.
Finalmente, reiteró a los adictos a la droga y a sus familiares que "la Iglesia no es ajena a sus fatigas, sino que los acompaña con afecto. El Señor está cerca de ustedes y los toma de la mano. Vuelvan los ojos a él en los momentos más duros y les dará consuelo y esperanza. Y confíen también en el amor materno de María, su Madre".
El discurso completo se encuentra en http://www.aciprensa.com/noticias/texto-completo-discurso-del-papa-francisco-en-hospital-san-francisco-de-asis-97614/
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