MADRID,
El Obispo de San Sebastián (España), Mons. Juan Ignacio Munilla, ya se encuentra en Brasil para participar con un grupo de jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013, desde donde afirmó que "es emocionante ver la hospitalidad de los pobres".
El Prelado y la delegación de jóvenes españoles son acogidos en la parroquia de Santa Luzia de la diócesis de Campo Olimpo, en la periferia de Sao Paulo, donde el 30 por ciento de la población vive en favelas.
Según cuenta el Obispo, la presencia de las sectas en el barrio es muy fuerte, ya que el 50 por ciento de la población está en las más de 100 sectas que se han creado sólo en ese barrio, mientras que el otro 50 por ciento de la población es católica.
Según el Obispo Munilla, en la pastoral parroquial están presentes muchos movimientos católicos como la Renovación Carismática, Legión de María, Apostolado de la oración, grupos vicencianos de CARIDAD, grupos de pastoral juvenil, entre otros.
Como parte de las actividades, los jóvenes de la Diócesis de San Sebastián jugaron un partido de fútbol con los chicos de las favelas. "¡Impresionante cómo pueden jugar al fútbol descalzos!".
"Luego entramos en una favela a rezar el Rosario, metidos como pudimos en varias habitaciones. Lo hicimos en la favela de una familia en la que habían matado a dos hijos en un tiroteo. La madre nos había preparado una merienda para después del Rosario, y luego hicimos una fiesta con bailes a la que asistieron los miembros católicos de las favelas vecinas (también al Rosario)", relata el Obispo.
"Todo el mundo bailaba, cada uno en el cubículo en que se encontrase, porque era imposible que cupiésemos en el mismo habitáculo. No os podéis ni imaginar cómo acogían la presencia del obispo entre ellos, y son más 'devotos' que nuestras monjas de clausura", cuenta Mons. Munilla en su carta.
A las ocho de la tarde los jóvenes de San Sebastián junto con su Obispo celebraron la Eucaristía con otros jóvenes del barrio de acogida.
"Impresionante cómo se puede compaginar tanta 'devoción' con tanta fiesta en la Eucaristía. Al mismo tiempo, todo super solemne, con monaguillos con sotana roja y roquete incluído. Al terminar la Eucaristía, unos diez minutos de cantos y baile en la iglesia con toda la gente que no terminaba de marcharse, por la música religiosa tan animada", cuenta Mons. Munilla.
Luego de esta experiencia, el Prelado afirmó que puede sacar como conclusiones que "los pobres nos evangelizan, y que la Iglesia está más viva que nunca, a pesar del reto de las sectas". Además recordó que los católicos no se hacen "como niños no entraréis en el Reino de Dios".
"Te doy gracias Padre, porque estas cosas se las has ocultado a los sabios e inteligentes y se las has revelados a la gente sencilla", concluyó el Prelado.
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