SANTIAGO,
El presidente del Consejo Pontificio para la Familia, Mons. Vincenzo Paglia, reflexionó sobre la importancia de la familia y consideró que el principal problema que enfrenta es la "cultura mayoritaria" que pretende abolirla.
"Creo que el principal problema de la familia no es la familia, sino una cierta cultura mayoritaria que quiere, de hecho, abolirla. Yo creo que la familia padre, madre, hijos, está tan radicada en la sociedad de hoy y de ayer, y es tan profunda en el corazón de los hombres, especialmente en los jóvenes, que en realidad es difícil herirla a muerte. Pero, sí se puede herir de una manera de locura individualista, la que está invitando a toda la sociedad a vivir la idolatría del 'yo'", explicó el Arzobispo en una entrevista concedida al portal ChileB.
Durante su visita a Chile, Mons. Paglia sostuvo encuentros en instituciones que participan de la Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia (IFAM), con el fin de hablar y promover el matrimonio y la familia, temas centrales para Iglesia y la sociedad.
"Es en la familia que se aprende la solidaridad con los más débiles, donde se aprende a dar y no solo a recibir, donde no existe el 'usa y bota', y por último, es donde se piensa en el futuro de la sociedad y no en el inmediato interés individual que quema todo el resto. Por esto, la familia es la escuela de la sociedad. Es el campus donde se imagina y se construye la sociedad. Por este motivo, una sociedad que no reconoce la familia es como quien corta la rama sobre la cual está sentado", aseguró.
Mons. Paglia explicó cómo el individualismo afecta al bienestar de la familia, afirmando que "es como aquel veneno que impide tener relaciones sólidas con los demás". "De hecho, el individualismo no soporta la interdependencia: el otro es útil cuando me sirve e inútil si no me sirve, y es enemigo si es que puede crearme problemas. El individualismo mata el futuro de la sociedad porque una sociedad que, por una parte, alarga la vida de los ancianos y por otra, impide que nazcan hijos, es una sociedad loca, completamente esquizofrénica", afirmó.
"Cuando Dios desaparece, el "yo" se convierte en el verdadero señor de la sociedad, ese es el problema", agregó.