VATICANO,
En su homilía en la Misa celebrada esta mañana en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco remarcó que las obras de la Iglesia, a pesar de que algunas son un poco complejas, se deben realizar "con corazón de pobreza, no con corazón de inversión o de empresario".
El Santo Padre subrayó que "el anuncio del Evangelio debe ir por el camino de la pobreza. El testimonio de esta pobreza: no tengo riquezas, mi riqueza es sólo el don que he recibido, Dios".
"Esta gratuidad: ¡ésta es nuestra riqueza! Y esta pobreza nos salva del convertirnos en organizadores, empresarios".
El Papa subrayó el mandamiento de Jesús "gratuitamente han recibido, den gratuitamente", y advirtió que "cuando nosotros pretendemos hacer en forma tal que la gracia es dejada de lado, el Evangelio no es eficaz".
"La predicación evangélica nace de la gratuidad, del estupor de la salvación que viene y de aquello que yo he recibido gratuitamente, debo darlo gratuitamente", dijo el Papa, señalando que los apóstoles "actuaron así desde el inicio".
"San Pedro no tenía una cuenta bancaria, y cuando tuvo que pagar los impuestos el Señor lo envió al mar a pescar un pez y encontrar la moneda dentro del pez, para pagar. Felipe, cuando encontró al ministro de economía de la reina Candace, no pensó: 'Ah, bien, hagamos una organización para sostener el Evangelio…' ¡No! No ha hecho un 'negocio' con él: anunció, bautizó y se marchó".