VATICANO,
El Papa Francisco señaló esta mañana, en la habitual homilía de la Misa diaria que celebra en la Casa Santa Marta en donde reside, que las Bienaventuranzas "son los nuevos mandamientos" y solo pueden comprenderse si se abre el corazón a la acción del Espíritu Santo.
¿Qué es el consuelo para un cristiano? El Papa Francisco comenzó su homilía señalando que San Pablo, al comienzo de la segunda carta a los Corintios, utiliza varias veces la palabra consuelo. El Apóstol de los gentiles, añadió, "se dirige a los cristianos jóvenes en la fe", personas que "han comenzado hace poco el camino de Jesús".
E insiste en esto, aunque "no todos fueron perseguidos". Eran gente normal "pero que habían encontrado a Jesús". Esto, dijo, "es un cambio de vida tal, que se necesitaba una fuerza especial de Dios", y esta fuerza es el consuelo. El consuelo, volvió a decir, "es la presencia de Dios en nuestro corazón". Pero, advirtió, para que el Señor "esté en nuestro corazón, se debe abrir la puerta", requiere nuestra "conversión":
"La salvación es esto: vivir en el consuelo del Espíritu Santo, no vivir en el consuelo del espíritu del mundo. No, esa no es salvación, eso es pecado. La salvación es seguir adelante y abrir el corazón, para que llegue ese consuelo del Espíritu Santo, que es la salvación. ¿Pero no se puede negociar un poco de aquí y un poco de allá? Hacer como una ensalada de frutas, digamos, ¿no? Un poco del Espíritu Santo, un poco del espíritu del mundo... ¡No! Una cosa o la otra".
El Señor, prosiguió el Santo Padre, fue claro: "No se puede servir a dos amos: porque o se sirve al Señor, o se sirve al espíritu del mundo". No se puede 'mezclar'. He aquí, pues, que cuando estamos abiertos al Espíritu del Señor, podemos entender la 'nueva ley que el Señor nos trae: las Bienaventuranzas', de las que habla el evangelio de hoy". Estas bienaventuranzas, añadió, "solo se entienden si uno tiene un corazón abierto, se entienden mediante el consuelo del Espíritu Santo", mientras que "no se pueden entender solo con la inteligencia humana".
Francisco dijo luego que las Bienaventuranzas "son los nuevos mandamientos. Pero si no tenemos el corazón abierto al Espíritu Santo, les parecerán una tontería. 'Pero mire, ser pobre, ser manso, ser misericordioso no parece ser una cosa que nos lleva al éxito'. Si no tenemos el corazón abierto y si no gozamos de aquel consuelo del Espíritu Santo, que es la salvación, no se entiende esto. Esta es la ley para los que han sido salvados y han abierto su corazón a la salvación. Esta es la ley de los libres, con la libertad del Espíritu Santo".