VATICANO,
El Papa Francisco recibió esta mañana a más de 8 mil alumnos y exalumnos de colegios jesuitas de Italia y Albania en el Aula Pablo VI del Vaticano. Con el discurso que había preparado en mano y en medio de un ambiente de fiesta, el Santo Padre decidió no leerlo, darlo por leído y entregarlo luego al encargado de prensa de la Santa Sede, para poder así responder a las preguntas que los jóvenes quisieran formularle, lo que generó la alegría de los presentes.
A continuación, el texto completo del discurso
¡Queridos chicos, queridos jóvenes!
Estoy encantado de recibirlos con sus familias, los educadores y los amigos de la gran familia de las escuelas de los jesuitas italianos y de Albania. A todos vosotros dirijo mi afectuoso saludo: ¡Bienvenidos! Con todos ustedes me siento verdaderamente "en familia". Y es una alegría especial la coincidencia de nuestro encuentro con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
Déjenme decirles una cosa en primer lugar que se refiere a San Ignacio de Loyola, nuestro fundador. En el otoño de 1537, yendo a Roma con un grupo de sus primeros compañeros se preguntaron:¿si nos preguntan quiénes somos, qué responderemos? La respuesta fue espontánea: "Diremos que somos la "Compañía de Jesús" (Fontes Narrativa Societatis Iesu, vol 1, p 320-322). Un nombre comprometido, que quería indicar una relación muy estrecha de amistad, de total afecto por Jesús, al que querían seguir sus pasos.
¿Por qué os menciono este hecho? Porque San Ignacio y sus compañeros habían comprendido que Jesús les enseñó cómo vivir bien, cómo dar un sentido profundo a nuestra existencia, que dé entusiasmo, que dé alegría y esperanza; habían entendido que Jesús es un gran maestro de vida y un modelo de vida, y que no sólo les enseñaba, sino que les invitaba a seguirlo por este camino.