VATICANO,
El Papa Francisco recibió esta mañana, en el salón de la Casa Santa Marta, a los participantes en el encuentro de coordinación entre los organismos caritativos católicos que actúan en el contexto de la crisis en Siria y en los países vecinos promovido por el Pontificio Consejo Cor Unum, que preside el Cardenal Robert Sarah.
"Les agradezco este encuentro y toda la actividad humanitaria que realizan en Siria y en los países vecinos, para ayudar a las poblaciones que son víctimas del conflicto actual -dijo el Papa- Personalmente animé al Pontificio Consejo Cor Unum para que promoviera esta reunión de coordinación de la actividad que desarrollan en la región los organismos caritativos católicos. Agradezco al cardenal Sarah sus palabras de saludo. Doy la bienvenida de modo especial a los que vienen de Medio Oriente, en particular a los que representan a la Iglesia en Siria".
"Todos conocen la preocupación de la Santa Sede por la crisis siria y de modo concreto por la población, que con frecuencia sufre de manera inerme las consecuencias del conflicto", expresó el Santo Padre, recordando que Benedicto XVI pidió varias veces que "callasen las armas y se encontrase una solución a través del diálogo, para alcanzar una profunda reconciliación entre las partes" y que en noviembre pasado, quiso expresar su cercanía personal enviando a aquella zona al cardenal Sarah, al mismo tiempo que acompañó ese gesto con la petición de "no ahorrar ningún esfuerzo en la búsqueda de la paz", y manifestando su concreta y paterna solicitud con un don, al que contribuyeron también los padres sinodales en octubre pasado".
"De modo personal -reiteró- también a mí me preocupa la suerte de la población siria. El día de Pascua pedí la paz "sobre todo para la amada Siria, para su población herida por el conflicto, y para los numerosos prófugos que esperan una ayuda y un consuelo. ¡Cuánta sangre se ha derramado! ¿Y cuántos sufrimientos habrá que soportar todavía antes de que se encuentre una solución política a la crisis?".
"Frente a la continuación de la violencia y los atropellos renuevo con fuerza mi llamamiento a la paz. En las últimas semanas la comunidad internacional reafirmó su intención de promover iniciativas concretas para poner en marcha un diálogo provechoso, con el fin de acabar con la guerra. Son intentos que hay que apoyar y de los que se espera el acercamiento de la paz. La Iglesia se siente llamada a dar el testimonio humilde, pero concreto y eficaz, de la caridad que aprendió de Cristo, Buen Samaritano".
"Sabemos que allí donde alguien sufre, Cristo está presente. No podemos echarnos atrás, especialmente ante las situaciones de mayor dolor. La presencia de ustedes en la reunión de coordinación manifiesta la voluntad de continuar con fidelidad la maravillosa obra de asistencia humanitaria, en Siria y en los países vecinos, que generosamente acogen a los que huyen de la guerra".