ROMA,
Ángel, el mexicano de 43 años por el que el Papa Francisco realizó una "oración de liberación" tras concluir la Misa de Pentecostés en la Plaza de San Pedro el pasado 19 de mayo, contó su historia y reveló que son más de diez años que lleva poseído por cuatro demonios y que un sueño le llevó a viajar a Roma para encontrarse con el Santo Padre.
En una entrevista publicada por el diario español El Mundo, Ángel recordó que todo comenzó en 1999, "un día que regresaba en un autobús desde México DF a mi localidad natal, en Michoacán. Sentí que una energía entraba en el autobús. No la vi con los ojos, pero la percibí".
"Noté que se aproximaba a mí y que se colocaba enfrente mío. Y, de pronto, noté como una estaca que se me clavaba en el pecho y luego, poco a poco, la sensación de que se me iban abriendo las costillas", dijo.
Inicialmente, Ángel pensó que se trataba de un ataque al corazón, pero no murió y su salud empeoró, pues "todo lo que comía lo vomitaba. Sentía pinchazos en todo mi cuerpo, como si lo tuviera repleto de agujas".
"Hasta las sábanas me hacían daño. Empecé a no poder caminar", recordó.
Al poco tiempo comenzaron los trances en los que pronunciaba blasfemias y hablaba en lenguas desconocidas, sin que los médicos que lo atendían puedan explicar qué le ocurría.