El 30 de abril, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó la venta libre, sin receta médica, de la píldora abortiva del día siguiente Plan B One-Step a "mujeres de 15 años o menores".
Plan B One-Step es el nombre de un medicamento fabricado exclusivamente por Teva Women's Health, Inc., que actúa teóricamente como un anticonceptivo de emergencia.
El sitio web promocional del medicamento dice que este en primera instancia funciona previniendo la liberación de un óvulo del ovario, reduciendo la posibilidad del embarazo, si es tomado dentro de los tres días después de las relaciones sexuales.
Sin embargo, la compañía admite que si un óvulo ya ha sido liberado, es posible que el medicamento pueda actuar evitando la implantación en el útero, acabando así con la vida de un nuevo embrión humano.
El pasado 5 de abril, Edward Korman, juez federal de Brooklyn (Estados Unidos), ordenó a la FDA que permita la venta sin receta médica de Plan B a mujeres de todas las edades, y/o hacer que Plan B One-Step esté disponible sin restricción de edad.
La FDA dijo que la aprobación de Plan B One-Step es independiente de la sentencia de Korman, que causó protestas de los grupos pro-vida y católicos de Estados Unidos, debido a la preocupación por la salud de las jóvenes.
La Dra. Charmaine Yoest, de Americans United for Life, llamó a la decisión del juez Korman una oportunidad para "la gran industria del aborto para poner en juego la salud de las jóvenes" y la Conferencia Católica de Nueva York llamó a la sentencia una "receta para el desastre".
Kristan Hawkins, presidente de Estudiantes por la Vida, dijo el 30 de abril que "una vez más, la salud de las mujeres jóvenes está siendo sacrificada en al altar de la 'elección'".
"Chicas que ni siquiera son lo suficientemente mayores para manejar un auto a la farmacia, ahora tienen acceso libre a una megadosis de una píldora que califica como carcinógeno de Grupo I, según la Organización Mundial de la Salud", criticó.
Hawkins también advirtió que el medicamento está asociado con coágulos de sangre, ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares, y triplica el riesgo de embarazos ectópicos.
Por su parte, la directora del Centro para la Dignidad Humana del Consejo de Investigación para la Familia, Anna Higgins, señaló que la decisión de la FDA "muestra una alarmante falta de preocupación por la seguridad de las jóvenes, los derechos fundamentales de los padres y preocupaciones de la comunidad médica".
Higgins advirtió que la fácil disponibilidad del medicamento significa que las mujeres expuestas a mayor riesgo de abuso sexual e infecciones de transmisión sexual tendrán menos probabilidades de supervisión y análisis médico.
La norma de la FDA cita a un estudio de la compañía fabricante del medicamento abortivo, Teva, en el que se asegura que las mujeres desde los 15 años son capaces de entender que este medicamento no es para un uso rutinario y no protege contra las infecciones transmitidas sexualmente.
Sin embargo, Higgins señaló que la venta sin prescripción médica podría alentar el inseguro uso repetitivo.
"No hay una buena razón para creer que las jóvenes entiendan que este medicamento está diseñado para ser usado solamente una vez al mes, y que no es un sustituto para la anticoncepción oral", dijo.
Además, esta decisión de la FDA atenta contra el derecho de los padres a ayudar a tomar las decisiones médicas para sus hijos menores, indicó Higgins.
Higgins remarcó que "los padres tienen todo el derecho de estar involucrados en cualquier decisión que afecte a sus hijos. Ningún padre quiere que su hijo o su hija esté expuesto a una medicación potencialmente peligrosa, sin su consentimiento".
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