VATICANO,
El Papa Francisco señaló en su homilía de la Misa de esta mañana en Santa Marta que el cristiano debe ser capaz de avergonzarse de sus propios pecados para acoger con humildad el perdón de Dios.
En la Eucaristía que presidió en presencia de algunos empleados vaticanos del Apsa, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y de un grupo de religiosas, el Santo Padre comentó la primera Carta de San Juan, en la que se dice que "Dios es luz y en Él no hay tiniebla alguna".
El Papa Francisco subrayó que "todos nosotros tenemos oscuridades en nuestra vida, momentos donde todo, también en la propia consciencia, es oscuro, pero esto no significa caminar en las tinieblas".
"Caminar en las tinieblas significa estar satisfecho de sí mismo; estar convencido de no tener necesidad de salvación. ¡Aquellas son las tinieblas! Cuando uno se adentra en este camino de las tinieblas, no es fácil dar marcha atrás".
"Por ello Juan continua, porque quizás este modo de pensar lo ha hecho reflexionar: 'Si decimos de estar sin pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros'. Miren sus pecados, nuestros pecados: todos somos pecadores, todos… Este es el punto de partida".
"Pero si confesamos nuestros pecados, Él es fiel, es justo hasta perdonarnos los pecados y purificarnos de toda iniquidad. Y nos presenta – ¿no es verdad? - a aquel Señor tan bueno, tan fiel, tan justo que nos perdona".