BUENOS AIRES,
Mario Rafael Rausch es un hermano jesuita argentino que vive en el Colegio Máximo de San Miguel, provincia de Buenos Aires, y que guarda cuidadosamente una carta que el entonces Padre Jorge Mario Bergoglio, ahora Papa Francisco, le escribió en 1979 en la que le explica la importancia de ser agradecidos en la vida.
En entrevista concedida a ACI Prensa, el hermano Rausch, jesuita desde 1977 y encuadernador de oficio, recuerda que el 8 de diciembre de 1979 le escribió una carta de agradecimiento al entonces Padre Bergoglio por su servicio como provincial de Argentina durante poco más de seis años.
Cuatro días después, el ahora Santo Padre le respondió con la siguiente carta:
"San Miguel, 12 de diciembre de 1979
Reverendo Hermano Mario Rausch
Mi querido Mario, quiero agradecerte por el escrito. Tu carta del ocho del corriente es una carta de agradecimiento y el agradecer es una virtud que San Ignacio quería mucho para sus jesuitas.
El saber agradecer a los superiores, a los hermanos es signo de que se tiene un corazón agradecido para con Dios nuestro Señor y un corazón agradecido es siempre fuente de gracia para todo el cuerpo de la Compañía y de la Iglesia.
Aprovechá esta oportunidad para agradecer al Señor tantas gracias que te ha dado, tu familia, tu vocación, el noviciado, tu piedad, tus virtudes.
Agradecé al Señor que nos haya dado a la Santísima Virgen como Madre y a San José como modelo de oración y trabajo. Agradece por las virtudes de cada uno de los miembros de la comunidad, como hacía San Alonso Rodríguez.
En fin, hacé mucha oración de acción de gracias, que el Señor te conserve bueno.
Fuerte abrazo, con todo cariño afectísimo en el Señor Nuestro y su Santísima Madre,
Jorge Mario Bergoglio S.J.".
Lo llamó por su cumpleaños como era su costumbre
Sobre la misiva que recibió hace ya más de 30 años, el hermano Rausch cuenta que el entonces Padre Bergoglio "era realmente muy atento para responderme una carta que yo le escribí unos días antes" y contó que el ahora Santo Padre no tuvo solo esa "delicadeza" para con él sino que también solía llamarlo por su cumpleaños.
Este año no fue la excepción y el 23 de marzo Francisco lo llamó a él y a su hermano mellizo que vive en Córdoba. "El Papa me llamó para saludarme como me llama desde hace muchos años ese día. Él tenía esas delicadezas también porque es muy cercano con muchas personas a quienes también llama por su cumpleaños", dijo.
Tras comentar que la recepcionista, la señora Raquel Beterette, recibió la llamada con gran emoción y que le había reconocido la voz al Pontífice, el hermano Rausch cuenta que ella "se puso muy nerviosa y con mucha emoción. La señora me pasó la llamada cuando yo estaba trabajando justamente en mi taller de encuadernación y me dijo muy sorprendida: '¡Lo llama el Papa!'".
"Me dijo, '¡Feliz Cumpleaños!' y yo le dije, '¿Qué tal Jorge?' Bueno, Francisco ahora. A él le gusta que lo llamen Jorge, como siempre. 'La portera está emocionadísima'. Y me dice 'Sí, me reconoció la voz'. Se oía contento, con ganas de hacer bromas. No hablamos mucho porque la llamada era de larga distancia y traté de que fuera corta, porque si bien él es muy atento, es también muy austero, así que fue una conversación breve".
Luego de contar que él si esperaba que el Cardenal Bergoglio resultara elegido Papa y que su elección le causó una gran alegría, el hermano Mario afirmó que considera a Francisco como "un buen formador, un padre, un hermano y ahora un amigo".
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