MADRID,
Un total de 750 mil religiosas pertenecientes a 2 mil congregaciones agrupadas en la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), atienden cada día en todo el mundo a los colectivos más vulnerables –niños y adultos, huérfanos, enfermos y moribundos, mujeres–, según datos de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
En sus asambleas, según apunta AIN, las religiosas abordan, entre otros temas, las consecuencias de la injusticia, el hambre y la guerra, el efecto del SIDA, el comercio con personas y muchos otros retos que afrontan a diario.
Por ello, con motivo del Día Internacional de la Mujer que se celebra este viernes, AIN quiere hacer un homenaje a estas mujeres que "para muchos, son el rostro de la Iglesia Católica" y cuyo trabajo tiene "un valor incalculable, pues a menudo también prestan un servicio desinteresado en lugares a los que nadie acude y que no reciben ayuda de ningún tipo".
"Viven tras gruesos muros de conventos o en chabolas de uralita y dirigen residencias de ancianos en barrios burgueses o dispensarios en suburbios miserables; dedican toda su vida a la oración y a la ayuda a los más pobres de entre los pobres", señala AIN, al tiempo que añade que aunque algunos pocos se "mofan" de ellas, son valoradas por la mayoría.
En este sentido, la fundación recuerda a una de las religiosas más conocidas del mundo, Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz en 1979 que, aunque "provocó reacciones encontradas, no se inmutó ante ninguna de estas reacciones, pues su vida era para ella, en primer lugar, un camino de seguimiento a Cristo, siempre desde el servicio al prójimo".
Para AIN, sin su labor, el mundo sería "más pobre" y, por ello, lleva décadas apoyándola, financiando y desarrollado proyectos en las comunidades de Brasil, Congo, Kazajstán y Líbano.