ROMA,
El vaticanista italiano Sandro Magister afirmó que la elección del nuevo sucesor de Pedro no estará exenta de presiones internas y externas y que el próximo Pontífice no podrá sustraerse de reformar drásticamente la Curia Romana.
"No se recuerda, en el último siglo, un pre-conclave tan a oscuras y tan vulnerable a presiones externas e internas", expresó Magister en su última columna publicada en el diario italiano "L'Espresso".
El vaticanista recordó que la última vez que un país presionó en un Cónclave fue en 1903 cuando el imperio austrohúngaro vetó a un cardenal que iba a ser elegido Papa. Sin embargo, hoy son los medios de comunicación los que no dan tregua a los purpurados.
"Uno ya ha caído, el (cardenal) escocés Keith Michael Patrick O'Brien", cuya dimisión fue aceptada por Benedicto XVI como Arzobispo de Edimburgo, "y él mismo ha anunciado que no viajará a Roma". Además están "el ex arzobispo de Los Ángeles, Roger Mahony, censurado por su mismo sucesor, José Horacio Gómez. Un tercero es el ex arzobispo de Bruselas, Godfried Danneels", afirmó.
"Para los tres los cargos de acusación se refieren a esa 'suciedad' contra la que el Papa Ratzinger ha combatido su valiente batalla. Mahony y Danneels han resistido hasta ahora a la purga, pero dentro del colegio cardenalicio su prestigio ya está prácticamente anulado", afirmó.
Magister recordó que estos tres cardenales integraron los nueve votos a favor del Cardenal Carlo María Martini en el Cónclave pasado, "el candidato bandera de los cardenales progresistas contrarios a la elección de Ratzinger". "Hoy, de esta corriente progresista ya casi no queda nada dentro del sacro colegio", añadió.