VATICANO,
En su mensaje para la Cuaresma 2013, el Papa Benedicto XVI explica la estrecha relación que existe entre fe y caridad; y alienta a todos los católicos a reavivar la fe en Jesucristo, para así ingresar "en el torrente" del amor a Dios y a los hermanos y así obrar de acuerdo a Él.
En el texto titulado "Creer en la caridad suscita caridad" que ha sido presentado hoy, el Papa señala que "la celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la Fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás".
Benedicto XVI explica luego que "la fe constituye la adhesión personal –que incluye todas nuestras facultades– a la revelación del amor gratuito y ‘apasionado’ que Dios tiene por nosotros y que se manifiesta plenamente en Jesucristo. El encuentro con Dios Amor no sólo comprende el corazón, sino también el entendimiento".
El cristiano, prosigue, "es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor –‘caritas Christi urget nos’–, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo. Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios".
Toda la vida cristiana, resalta el Santo Padre, "consiste en responder al amor de Dios. La primera respuesta es precisamente la fe, acoger llenos de estupor y gratitud una inaudita iniciativa divina que nos precede y nos reclama. Y el ‘sí’ de la fe marca el comienzo de una luminosa historia de amistad con el Señor, que llena toda nuestra existencia y le da pleno sentido".
"Sin embargo, Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con San Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad".