VATICANO,
Con su encuentro de este domingo con los obispos de Italia, el Papa Benedicto XVI completó en sus siete años de Pontificado las visitas 'ad limina' de todos los obispos del mundo a la Sede Apostólica.
El Prefecto de la Congregación para los Obispos, Cardenal Marc Ouellet, aseguró que "a través del encuentro del obispo con el Papa se refuerza la unidad y la colegialidad entre los obispos y el sucesor de Pedro".
En esta línea, el Cardenal Oullet indicó en una entrevista a Radio Vaticana, recogida por Europa Press, que "cuando un obispo llega a Roma, trae consigo las alegrías, esperanzas y sufrimientos de su Iglesia" por lo que al compartir "cada obispo se siente sostenido por el Papa y los obispos para desenvolver su misión a favor de la justicia y de la paz".
Además, señaló que los frutos de las visitas 'ad limina' son "sobretodo espirituales, porque viniendo a Roma cada obispo confirma la profesión de la propia fe sobre la tumba de San Pedro" y agregó que "en el encuentro personal con los obispos, el Papa se muestra padre de todos e indica la vía para reencontrar los fundamentos de la persona, de la familia, de la tutela de la vida y del sentido auténtico de la libertad".
El Cardenal también subrayó que "la libertad de profesar la propia fe ha sido introducida al mundo por el cristianismo" y ha evocado el 17º centenario del Edicto de Constantino con el cual el emperador concedió la libertad de culto.
Por ello, destacó que esta libertad "pertenece a la persona y que es el fundamento de toda libertad" y ha añadido que "este derecho debe ser reconocido por los ordenamientos civiles de cada nación y que compete también a las comunidades religiosas que deben poder organizarse y desenvolver sus actividades culturales, educativas y asistenciales según su propio credo".