BRASILIA,
Los obispos y fieles de todo el país expresaron su solidaridad y cercanía a las familias de los 231 muertos y cientos de heridos que dejó el incendio en la discoteca Kiss en la ciudad de Santa María (Brasil).
El incendio ocurrido la madrugada del domingo fue provocado por una bengala que formaba parte de un espectáculo de fuegos artificiales dentro del recinto. La mayoría de las víctimas eran jóvenes universitarios que no lograron escapar por la única puerta habilitada como entrada y salida. Según las últimas cifras, de los 112 heridos, 79 se encuentran en cuidados intensivos.
Horas después el Presidente de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil, Cardenal Raymundo Damasceno Assis, expresó sus condolencias a través de una nota enviada al Arzobispo de Santa María, Mons. Hélio Adelar Rupert.
Por su parte, Mons. Rupert emitió un comunicado en el que expresa su dolor por la tragedia y señala que la Iglesia local se solidariza con "las familias y toda la sociedad. No se pierda la esperanza: Oremos a Jesucristo, fuente de la vida, nuestro Salvador. Oremos por los fallecidos y sus familiares y por toda la sociedad que sufre esta tragedia".
El Presidente del Comité Organizador local de la Jornada Mundial de la Juventud, Mons. Orani João Tempesta, anunció que miles de jóvenes de Río de Janeiro –donde es Arzobispo-, realizarán una vigilia en la Catedral para rezar por los fallecidos, familiares y amigos de las víctimas.
El Arzobispo de Sao Paulo, Cardenal Odilo Pedro Scherer, pidió al clero local celebrar Misas por las víctimas. "La tristeza aumenta al constatarse que la tragedia fue consecuencia de una serie de errores y omisiones, ciertamente evitables".