ROMA,
El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Antonio Cañizares Llovera, develó que el Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), Bernard Fellay, le comentó alguna vez que si el arzobispo Marcel Lefebvre hubiera visto la Misa bien celebrada, "no hubiese dado el paso que dio".
El Cardenal hizo esta afirmación el pasado 15 de enero en respuesta a las preguntas de los periodistas luego de dar una conferencia sobre el Concilio Vaticano II en la Embajada de España ante la Santa Sede.
El Purpurado español contó el hecho a manera de anécdota: "en una ocasión vino a verme entre otros, Mons. (Bernard) Fellay, que preside a los de la Hermandad de San Pío X y me dijo, ‘venimos de una abadía que queda junto a Florencia. Si Mons. Lefebvre hubiese conocido como se celebraba allí, no hubiese dado el paso que dio’. Ese misal que se celebraba allí es el Misal de Pablo VI en su realidad más estricta".
El Misal Romano de Pablo VI es la expresión ordinaria de la Misa nacida del Concilio Vaticano II y es uno de las disposiciones que rechaza la FSSPX y que es motivo de cisma. Los Lefebvristas defienden las tradición del antiguo Misal Romano de San Pio V, también conocido como misal de Juan XXIII por haber sido revisado en 1962, (durante su pontificado).
El Cardenal Cañizares conversó luego con un grupo más reducido de periodistas, a quienes les precisó un poco más lo que dijo sobre los lefebvristas y el Misal de Pablo VI: "incluso los que siguen a la Hermandad de San Pío X, fundada por Mons. Lefebvre, cuando participan en la Eucaristía bien celebrada, dicen, ‘si esto fuese así en todas partes no habría necesidad de lo que ha ocurrido’ y que realmente nos ha producido esta separación".
El Prefecto explicó además que "el (Concilio) Vaticano II más que los cambios, nos ofrece una visión de la liturgia en continuidad con toda la Tradición de la Iglesia y la reflexión teológica que hace sobre la liturgia. Los cambios son consecuencia de esta reflexión teológica dentro de la Tradición eclesial y además también continuando con todo el movimiento litúrgico que se había iniciado en Francia con la reflexión del Padre Prosper Gueranger".