VATICANO,
El Arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, señaló que la Iglesia Católica exige que se respete su derecho a la libertad religiosa y a la objeción de conciencia, luego de conocerse el fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en los que éste avaló la discriminación laboral contra cristianos.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo resolvió el 15 de enero que el Reino Unido no vulneró el Convenio Europeo de Derechos Humanos en tres de los cuatro casos que les fueron presentados, con relación al derecho de los cristianos a no ser discriminados en sus trabajos a causa de su conciencia y su religión.
Al respecto, el Arzobispo dijo en entrevista con Radio Vaticano que hace algún tiempo la Misión de la Santa Sede ante el Consejo de Europa publicó una nota sobre la libertad y la autonomía institucional de la Iglesia. Dicho texo nació en el contexto de "la cuestión de la libertad de la Iglesia en sus relaciones con las autoridades civiles".
Este tema, explicó, "está siendo examinado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en dos casos relacionados con la Iglesia Ortodoxa Rumana y la Iglesia Católica. Se trata de las causas Sindicatul 'Pastorul cel Bun' contra Rumania y Martínez Fernández contra España. En esta ocasión, la Representación Permanente de la Santa Sede ante el Consejo de Europa elaboró una nota explicando el magisterio sobre la libertad y la autonomía institucional de la Iglesia Católica".
"En estos casos el Tribunal Europeo debe decidir si la autoridad civil ha respetado el Convenio Europeo de Derechos Humanos, al negarse a reconocer a un sindicato de sacerdotes (en el caso rumano), y rechazando el nombramiento de un profesor de religión que sostiene públicamente posiciones contrarias a la doctrina de la Iglesia (en el caso español)".
En ambos casos, indicó el Prelado, "los derechos a la libertad de asociación y la libertad de expresión son invocados para obligar a las comunidades religiosas a actuar en contra de su estatuto canónico y del magisterio. Por lo tanto, estos casos llaman en causa a la libertad de la Iglesia de funcionar según sus propias reglas, de no estar sujeta a otras normas civiles que las necesarias para el respeto del bien común y del orden público justo".