MONTEVIDEO,
Todos los ginecólogos del departamento uruguayo de Salto, el cuarto más poblado del país y limítrofe con Argentina, se negaron a realizar abortos al presentar recursos de objeción de conciencia ante la ley que permite esta práctica a pedido hasta la semana 12 de embarazo. En otras regiones los objetores superan el 90 por ciento.
La nueva legislación permite la "objeción de conciencia" a los médicos y la "objeción de ideario" a las instituciones sanitarias para oponerse al aborto, pero estas últimas están obligadas a dar una solución a las mujeres afiliadas y garantizar que el procedimiento se haga en otro centro de salud.
El secreto sobre la identidad del médico que se niega a participar en la interrupción del embarazo también está protegido por la nueva legislación.
Ahora, el Ministerio de Salud Pública (MSP) trata de convencerlos y analiza exigir una justificación "real" de la objeción de consciencia, ya que considera que algunos "abusan" de esa alternativa sin tener razones religiosas o filosóficas.
Leonel Briozzo, el viceministro del MSP, atribuyó estos recursos al "desconocimiento" en el tema y aclaró que serán las instituciones médicas las encargadas de garantizar que los abortos por voluntad de la mujer se realicen.
"Muchas veces hay objeción de conciencia real y muchas otras veces no. Tiene que ver con otros aspectos", dijo hace unos días. Puso el ejemplo de profesionales que discrepan con la reglamentación, pero recordó que "eso no tiene nada que ver con la objeción de conciencia" porque ésta no puede plantearse por "cuestiones instrumentales" sino por aspectos "religiosos y filosóficos".