VATICANO,
El Papa Benedicto XVI señaló que el Adviento, el tiempo de preparación para la Navidad que celebra la Iglesia, recuerda a todos "que Dios no se ha ido del mundo, que no está ausente, que no nos abandona".
En su habitual catequesis de la audiencia semanal ante miles de fieles en el aula Pablo VI en el Vaticano, el Santo Padre hizo una reflexión sobre las etapas de la Revelación de Dios narradas en las Sagradas Escrituras, en la Biblia.
El Papa dijo que el Adviento, para los cristianos, "significa una realidad maravillosa y desconcertante. Dios mismo ha atravesado su cielo y se ha inclinado hacia el hombre; ha forjado una alianza con él, entrando en la historia de un pueblo".
"Él es el rey que ha bajado a esta pobre provincia que es la tierra, y nos ha obsequiado con su visita asumiendo nuestra carne, haciéndose hombre como nosotros. El Adviento nos invita a recorrer el camino de esta presencia y nos recuerda una y otra vez que Dios no se ha ido del mundo, que no está ausente, que no nos abandona; al contrario, sale a nuestro encuentro de diferentes maneras que tenemos que aprender a discernir".
El Santo Padre alentó a que "también nosotros, con nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, estamos llamados, día a día, a distinguir y testimoniar esta presencia en el mundo a menudo superficial y distraído, a hacer que resplandezca en nuestra vida la luz que ha iluminado la gruta de Belén".
Benedicto XVI recordó que "en Jesús de Nazaret Dios manifiesta su rostro y pide la decisión del hombre de reconocerlo y seguirlo. El revelarse de Dios en la historia para entrar en relación de diálogo de amor con el hombre, da un nuevo sentido a todo el camino humano. La historia no es un simple sucederse de los siglos, de años, de días, sino el tiempo de una presencia que le da pleno significado y abre a una sólida esperanza".