VATICANO,
El Papa Benedicto XVI explicó que el olvido de Dios en los hombres lleva a una forma de relativismo que, inevitablemente, genera violencia. Ésta, como afirman algunos, no debe atribuirse al monoteísmo.
Así lo indicó el Santo Padre en la audiencia concedida a los miembros de la Comisión Teológica Internacional que acaba de celebrar su sesión plenaria.
El Pontífice señaló que el sentido sobrenatural de la fe de los creyentes (sensus fidei) "lleva hoy a reaccionar con fuerza contra la idea de que las religiones, especialmente las religiones monoteístas serían, intrínsecamente, portadoras de violencia, sobre todo debido a su afirmación de la existencia de un verdad universal".
"Algunos creen que sólo el ‘politeísmo de los valores’ garantizaría la tolerancia y la paz civil y sería conforme al espíritu de una sociedad democrática pluralista. Por un lado, es esencial recordar que la fe en un solo Dios, creador del cielo y de la tierra, responde a las exigencias racionales de la reflexión metafísica, que no se debilita sino que refuerza y se hace más profunda con la revelación del misterio del Dios-Trinidad".
El Papa explicó que "hay que señalar la forma que la revelación definitiva del misterio del Dios único asume en la vida y muerte de Jesucristo, que sale al encuentro de la Cruz como ‘un cordero llevado al matadero’. El Señor atestigua un rechazo radical de toda forma de odio y de violencia en favor de la primacía absoluta del ‘ágape’".
"Por tanto, si en la historia ha habido o hay formas de violencia en nombre de Dios, no deben ser atribuidas al monoteísmo, sino a causas históricas, principalmente a los errores de los hombres. Más bien es el olvido de Dios el que lleva a las sociedades humanas a una forma relativismo, que inevitablemente genera violencia".