VATICANO,
El Papa Benedicto XVI alentó a instaurar todo en Cristo que se ha revelado con un plan de Amor para toda la humanidad porque Él es la roca de la vida para toda persona.
Así lo indicó el Santo Padre en su habitual catequesis de los miércoles ante miles de fieles en el Aula Pablo VI. En esta ocasión y continuando con el tema del Año de la Fe, Benedicto XVI se refirió al "designio de benevolencia" de Dios, su plan de Amor para toda la humanidad.
Cuando el hombre permite que Dios ingrese en su vida, dijo el Papa, "todo esto lleva a un cambio fundamental del modo de relacionarse con la entera realidad, todo aparece en una nueva luz, se trata entonces de una verdadera "conversión", fe y un cambio de mentalidad, porque el Dios que se ha revelado en Cristo y nos ha dado a conocer su designio, nos aferra, nos atrae hacia Él, se convierte en el sentido que sostiene nuestra existencia, en la roca en la que ésta encuentra estabilidad".
"En el Antiguo Testamento encontramos una densa expresión sobre la fe, que Dios confía al profeta Isaías para que la comunique al rey de Judá, Acaz. Dios afirma ‘si no creyesen –es decir si no se mantienen fieles a Dios– no permanecerán firmes’".
Existe entonces, prosiguió el Papa, "una relación entre estar y comprender, que expresa bien cómo la fe es un acoger en la vida la visión de Dios sobre la realidad, dejar que sea Dios quien nos guíe con su Palabra y los Sacramentos en el comprender qué cosa debemos hacer, cuál es el camino que debemos recorrer, cómo vivir. Pero al mismo tiempo, es propiamente comprender según Dios, ver con sus ojos que mantiene firme la vida, que nos permite ‘estar en pie’, no caer".
Benedicto XVI dijo además que "el Adviento, el tiempo litúrgico que acabamos de iniciar y que nos prepara para la Santa Navidad, nos pone frente ante al misterio luminoso de la venida del Hijo de Dios; frente al gran ‘designio de benevolencia’ con el que quiere atraernos a Sí, para hacernos vivir en plena comunión de alegría y paz con El y nos invita una vez más, en medio de tantas dificultades, a renovar la certeza de que Dios está presente, de que ha entrado en el mundo, haciéndose hombre como nosotros, para llevar a la plenitud su designio de amor".