VATICANO,
En su habitual catequesis de la audiencia general de este miércoles, el Papa Benedicto XVI señaló que es muy necesario hablar de Dios en nuestro tiempo, para darle esperanza al mundo y a las personas, especialmente en el ámbito de la familia.
Ante miles de fieles reunidos en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Santo Padre inició su catequesis afirmando que "la pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"
Esta pregunta, que se la hace el mismo Jesús, tiene como primera respuesta "que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios. Ha hablado con nosotros. Dios no es una hipótesis lejana del mundo por su origen, Dios se preocupa por nosotros, Dios nos ama, Dios ha entrado personalmente en la realidad de nuestra historia, se ha ‘auto-comunicado’ hasta encarnarse".
En la actualidad, dijo el Papa, "un lugar especial para hablar de Dios es la familia, la primera escuela para comunicar la fe a las nuevas generaciones".
El Concilio Vaticano II en los documentos Lumen Gentium y Apostolicam Actuositatem habla de los padres como los primeros mensajeros de Dios "llamados a redescubrir su misión, asumiendo la responsabilidad en la educación, en abrir la conciencia de los pequeños al amor de Dios como un servicio esencial para sus vidas, siendo los primeros catequistas y maestros de la fe para sus hijos".
"Y en esta tarea es importante ante todo la vigilancia, que significa saber aprovechar las oportunidades favorables para introducir en la familia el discurso de la fe y para hacer madurar una reflexión crítica respecto a las muchas influencias a las que están sometidos los hijos".